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Por Carlos Alejandro
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NOVIEMBRE 21, 2006 (NOTIMEX).- En las pasadas elecciones presidenciales de nuestro país uno de los temas más atractivos para los analistas de la política internacional fue, sin duda alguna, el de la política exterior de México.
Dentro de este debate, los analistas nacionales e internacionales se dedicaron a revisar los principios de la política exterior de nuestro país y por ende fueron de los que más atrajeron la atención de ellos y del público en general.
Y es que para muchos, el próximo gobierno debe actuar en la arena internacional siguiendo los principios constitucionales, en tanto, para otros más, estos principios no son normativos, considerándolos obsoletos y anticuados porque ya no corresponden al mundo de estos días.
Y pueden hacerse a un lado dependiendo de las condiciones en que se mueve el mundo actualmente.
El debate llegó al extremo de calificar de "izquierdistas" "dinosaurios", "anticuados" o "emisarios del pasado" a aquellos defensores de los principios constitucionales consagrados en el Artículo 89 de la Carta Magna.
Sinceramente, yo no considero que alguno de los proponentes (tan sólo hay que ver las listas de personajes) de la iniciativa de inclusión de tales preceptos pudiera ser tachado de "comunista", ni tampoco los legisladores que la apoyaron y la promovieron.
Para comenzar, los principios constitucionales de política exterior no hacen daño a nadie, antes bien, son el mecanismo idóneo de defensa de los intereses de México. Y por tanto, no hace falta eliminarlos como han sugerido algunos estudiosos.
Los principios promueven el respeto a los derechos humanos, impulsan la democracia nacional e internacional, promueven la cooperación internacional (tema del que nos ocuparemos en la próxima entrega) y algo muy importante, velan por la soberanía e integridad territorial de nuestro país.
La soberanía no se acaba con la globalización, antes bien analizando bien los contenidos de la globalización, ésta promueve la soberanía en beneficio de los pueblos.
Pero sobre todo, la soberanía preserva la integridad territorial. Los contendientes en la pasada elección siempre se manifestaron a favor del respeto a la constitución, así que no caben interpretaciones sobre su posición.
Los principios constitucionales están basados en nuestra historia, en nuestra situación geoestratégica, en los valores nacionales y en nuestra nación. No son, ni significan otra cosa.
Tenemos el derecho de integrarnos a la gran comunidad de naciones y de participar en la globalización, porque son movimientos universales a los que no podemos oponernos por su propia inercia.
Pero eso no significa que debamos seguir a raja tabla todo lo que nos viene del exterior, porque entonces perdemos la perspectiva de lo que es nuestra nación y de nuestro futuro; pero sobre todo perdemos imaginación para sacar lo mejor posible de esa relación con el mundo.
De ahí entonces, que nos es dado decir que no, o que sí, dependiendo de las circunstancias del riesgo que tenemos frente a nosotros.
Y para eso están los principios constitucionales. México tiene retos formidables en su futuro y debemos recordar que hemos perdido demasiado cuando no tenemos en cuenta los peligros que nos acechan. La historia nos ha dejado muestras innumerables de ello.
Y para obtener los mejores beneficios para nuestros objetivos de largo plazo, es no enemistarnos con nadie, ni tomar partido por nadie. Y si lo hacemos, pues que sea para nuestro beneficio, no sólo en el corto plazo, sino de largo alcance.
No dudo que el Lic. Felipe Calderón, presidente electo, ha meditado largamente sobre eso y es dado que él tenga su propia visión de México frente al mundo. La cuestión es simple, en el fondo todo es materia de intereses.
México ha crecido tanto y ha construido tantos puentes que es claro que tenga intereses, pero éstos siempre deben ir en función del interés colectivo. Y como todos los países, México tiene una enorme cantidad de intereses internos que es necesario cuidar.
No es sólo uno, o dos, o treinta, son muchos y a todos hay que cuidar y proteger. Eso es lo más importante.
Un nuevo gobierno asumirá en breve el poder y estoy seguro que sabrá enfrentar con inteligencia muchos de nuestros retos internacionales. (Notimex) (El autor es escritor y periodista)
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