Satisfacciones debidas

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PEDRO GIL ITURBIDES

(DE HOY, MATUTINO DOMINICANO)

Hace una semana, Rossy me pidió acompañarla para escuchar unas declaraciones del Ing. Juan Espaillat. El presidente de la Asociación Nacional de Detallistas de Gasolina, Inc. (Anadegas), se quejaba del racionamiento en el suministro de combustible a sus asociados. Duré un segundo ante la pantalla, para volver a cuanto hacía. Antes de hacerlo afirmé que por esos derroteros andaba la intemperancia de Hugo Chávez.

Mi mujer comentó sobre lo extraño de la declaración de Espaillat, pues no era notoria la escasez de combustibles. Mas fue mi pronunciamiento el que le llamó la atención de manera principal. Por mi parte volví a mis quehaceres, sin mayores explicaciones. ¿Por qué expuse aquella opinión, sin que hubieren antecedentes conocidos? Porque no existe ninguna otra razón, ninguna, para que se retrasen los envíos de petróleo reconstituido, o de sus derivados separados.

Toca pues al Gobierno Dominicano, dar la debida satisfacción a unos consumidores que se vieron al borde de paralizar sus actividades. El viernes, para no echar muy atrás el calendario, ya las paradas de autobuses se notaron congestionadas. Muchas estaciones de expendio de combustible aparecían cerradas desde días antes.

Algunas de estas servían un tipo de combustible y otros no desde principios de la semana. Y después de todo eso, ¿seguiremos tan tranquilos, como si no hubiere ocurrido nada?

Merecemos explicaciones. La opinión pública nacional, pero sobre todo los consumidores de combustibles, debemos conocer el fondo del asunto. Porque a nadie puede decírsele que a uno de los barcos cargueros se le pinchó una goma en alta mar. A nadie le cabe en la cabeza que la última tormenta dejó las aguas tan encrespadas como para impedir a un barco petrolero cruzar ese trecho del mar Caribe. ¿Qué opciones nos quedan? El retraso en las cuotas debidas por el acuerdo de Caracas, o un arrebato de ira de Chávez.

Como todos pudimos advertir, la escasez sobrevino a dos reuniones internacionales, a las que concurrieron mandatarios de nuestros países. La reunión de La Habana, Cuba, precedió por horas a la asamblea general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en Nueva York, Estados Unidos de Norteamérica. En ambas se encontraban los mandatarios dominicano y venezolano. Y el segundo, gran activista político, promovía la candidatura de su país para uno de los puestos temporales del Consejo de Seguridad de la ONU.

Concomitante con esas dos reuniones fue el escarceo chileno- venezolano. Y sucedáneo, el alboroto con el Canciller venezolano, a quien se irrespetó en el aeropuerto internacional de Nueva York. ¡Qué casualidad! Para los venezolanos es importante acudir al organismo mundial, no ya como simples integrantes, sino como parte del Consejo de Seguridad. Petróleo en manos, Chávez procura apoyo para la causa sostenida por el gobierno que encabeza.

Estados Unidos de Norteamérica no lo quiere. Por los medios diplomáticos intentará evitar, mientras Chávez sea el mandatario de los venezolanos, que se siente en el citado Consejo. Cada quien, por tanto, ha estado haciendo su trabajo. Uno, concitando, cuando no reclamando, reciprocidad, y los otros, imponiendo el papel que juegan en la política mundial. Entre ambos pudo quedar la política internacional dominicana, enjuta y enclenque como es, y de allí derivarse el retraso en el viaje de los barcos petroleros.

A estas cavilaciones me entregué en la noche del domingo antepasado, cuando mi mujer me pidió que escuchara las declaraciones del presidente de Anadegas. Pero debió transcurrir la semana, y agudizarse la escasez, para que esas conjeturas cobraran cuerpo en mi mente. Son ellas, pues, mis explicaciones. ¿Cuáles son las de las autoridades?

Porque las autoridades del sector público deben una explicación a los consumidores de combustibles derivados del petróleo. El país, como pudimos advertir, está a expensas de que un retraso en un pago, o un arrebato emocional, detengan la marcha de nuestra Nación. ¿Acaso no debe el Gobierno Dominicano prepararnos para ello? ¿Contaremos siempre con auxilios para evitar una paralización posible?

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