JUAN JOSE AYUSO
(DE EL NACIONAL, VESPERTINO DOMINICANO)
En los últimos años y aparte del Despacho de la Primera Dama, de la Presidencia, hay cuatro nuevas secretarías con un personal de 4,012 y pagos mensuales de salarios por 48 millones, 957 mil, 472 pesos.
Estas son las secretarías de la Mujer, de la Juventud, de Educación Superior y de Cultura.
De todas, en personal y presupuesto de salario mensual, la mayor es la última, con empleados de 2 mil 583 y presupuesto de sueldos mensuales de 27 millones, 200 mil 263 pesos.
La siguen Educación Superior, con 410 y 8 millones, 543 mil; Mujer, 470 y 7 millones, 128 mil 324 y Juventud, con 549 y 6 millones, 085 mil 033.
Las cantidades de personal no varían, sumadas al año pero los pagos de salarios sí. Nada más hay que sumar.
En días pasados, El Nacional y Hoy publicaron cálculos del ingeniero Manuel González Tejera con los números de personal y presupuesto en la Administración, sin incluir a la Liga Municipal, a los ayuntamientos ni a la dirección de Impuestos Internos.
Se tiene el total de personal en los organismos centralizados, 358 mil 142, con nómina de 3 mil millones, 368 mil, 708 pesos y, en los descentralizados, 98 mil 824 con nómina de mil 321 millones, 703 mil 785 pesos, todo al mes.
Si se quiere el total anual de esos pagos, sumar.
Las cuatro secretarías mencionadas, de acuerdo a la experiencia acumulada, no significan cosa alguna para el desarrollo y la modernización del gobierno del Estado y del país. En pocos años, el trabajo de estas dependencias ha entrado en una rutina que no aporta gran cosa a la mejoría de la sociedad.
En cuanto al total de los empleados públicos, no es una exageración asegurar que más de un tercio de todos no desempeña en las diferentes dependencias una labor de la que no se pudiera prescindir.
Aparte de la cantidad de clientes políticos, entre ellos hay los que cobran tres y siete cheques en diferentes dependencias y que no prestan servicio siquiera en uno de esos puestos.
Hasta aquí ha llevado al país el clientelismo pero no es de dudar que entre los planes de políticos en el gobierno y en la oposición se mantenga la oferta de empleos como vía para mantener o conseguir votos en las elecciones.
En el aspecto de la política de los políticos, crear un aparato burocrático gubernamental supernumerario equivale a dar al gobierno del Estado el poder del empleo y reducir ese poder de la empresa privada.
Los políticos quieren romper su dependencia de los empresarios y por ello han convertido a la administración pública en una empresa gigantesca, aunque improductiva y parasitaria.
Mientras, los impuestos sobrecargan a un pueblo que debe pagarlos de forma directa o indirecta de mil y una variadas maneras.
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