miércoles, mayo 07, 2008

Ojo al Cristo, que es de plata


El Nacional, Vespertino Dominicano

POR JUAN TAVERAS HERNÁNDEZ
El gobierno ha gastado en la reelección más de cien mil millones de pesos en subsidios, en compra de dirigentes y militantes de oposición, en propaganda y publicidad. Más de mil comunicadores están en la nómina pública. Nunca antes, ser periodista al servicio del gobierno había dejado tantos beneficios. Hay funcionarios que ganan más de dos millones de pesos. Algunos periodistas, de todos conocidos, reciben esa suma todos los meses. A veces algo más.

Y si hay que gastar otros cien mil millones para garantizar su permanencia en el poder, el presidente Fernández está dispuesto a gastarlos, no importa de donde salgan. El poder y la impunidad de los que están en el poder, no tiene precio; no se compra con tarjeta de crédito.

El PRD centra sus esfuerzos en evitar que desde la Junta Central Electoral se pueda hacer un fraude. No lo creo. El gobierno no tiene control de la JCE. En realidad nadie lo tiene. El problema está fuera de la sede central. Donde se ganan y se pierden las elecciones es en las mesas o recintos electorales. Es el 16 de mayo, en cada mesa, donde se ganan o se pierden las elecciones. Es ahí donde el PRD tiene que concentrarse. “Acta mata voto”, dice un refrán popular.

La cuestión es evitar que en las mesas electorales se produzcan irregularidades. Hay que garantizar que los delegados sean cuadros políticos, que no se vendan, que estén dispuestos a defender cada voto hasta con sus vidas, si fuera preciso. El personal de los centros de votación debe ser idóneo. En elecciones pasadas delegados del PRD no sabían ni sumar bien. Otros no fueron suficientemente diligentes para defender la voluntad popular expresada en sus mesas o colegios. Les faltaba coraje.

No soy de los que desconfían del pleno de la JCE a pesar de los intereses encontrados de sus miembros. Es gente joven que tiene mucho que ganar, y mucho que perder.

El PRD tiene que estar preparado para lo peor; tiene que estar dispuesto a pelear en el terreno que sea necesario para evitar que le hagan trampas, para evitar que las Fuerzas Armadas y la Policía, junto a las autoridades civiles de las provincias intervengan en el proceso de votación y de conteo de los votos, como ocurrió en los comicios de medio tiempo, que fueron asesinadas 14 personas, secuestrados funcionarios electorales....

En esas elecciones no estaba en juego el poder ni la presidencia de la República. Ahora que está en juego la Presidencia, ¿de qué no serán capaces? ¿Ahora que está en juego el poder, y con el poder la impunidad, repito, de qué no serán capaces?

Yo confío en la JCE, pero no confío en el gobierno. La JCE trató de regular la campaña; ha dictado resoluciones saludables como la urna transparente, y la prohibición del uso de teléfonos móviles, que hacen imposible la cadena. El uso de los scanner agilizará el conteo, lo que impedirá el secuestro o robo de urnas. La JCE ha demostrado que está interesada en unas elecciones transparentes y libres. No así el gobierno. Al contrario, el gobierno está interesado en controlar y manipular el proceso. No es casual que haya creado una percepción de triunfo en primera vuelta, percepción que, por cierto, se ha derrumbado en menos de un mes, como tampoco es casual que 20 0 40 mil flotas telefónicas compradas por valor de más de 40 millones de pesos hayan sido distribuidas entre jefes militares y policiales, gobernadores provinciales y dirigentes del PLD para ser utilizadas el día de las elecciones.

No obviemos que los poderes del Presidente de la República son ilimitados. ¿Quién puede ser tan ingenuo para pensar que el 16 de mayo los guardias y los policías estarán en sus cuarteles esperando el último boletín de la JCE?

Insisto en que el PLD no permitirá que le quiten el poder contando los votos. Tiene que haber una fuerza poderosa que lo obligue a respetar la soberanía del sufragio. No será tan simple como ganar una partida de dominó en una esquina cualquiera. Los votos no siempre han decidido las elecciones. En el año 1974 al PRD le quitaron 4 senadores. Al PRD le robaron las elecciones cuando Jacobo Majluta era candidato. Al PLD le robaron las elecciones con Juan Bosch como candidato. A Peña le pasó lo mismo. Le robaron el triunfo. A Hipólito Mejía, el PLD, a través de la cadena, le robó 200 mil votos para ganar en primera vuelta. Con esos hechos recientes no es posible que el PRD se deje joder nuevamente.

El gobierno sabe ya que en primera vuelta no habrá ganador, que se hará necesaria una segunda vuelta. Si el PLD no gana en primera vuelta, como es seguro que no ganará, tratará de imponerse de otro modo. Peligroso para la democracia. Los tiempos de concho primo pasaron. Como dice el ex juez de la JCE Rafael Díaz Vásquez; “Ojo al Cristo, que es de plata”.

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