El Nacional, Vespertino Dominicano
POR JUAN JOSÉ AYUSO
Elecciones en 1962
En 1962 y 1966 las elecciones generales no resultaron como esperaba parte de la población de las ciudades, poco urbanizadas aún. Había mayoría de 70 porciento en los campos o zona rural.
Un año y siete meses antes de las elecciones del 20 de diciembre de 1962, en pleno fervor el antitrujillismo de la élite de los centros urbanos, se daba por descontado que esta tendencia marcaría el triunfo electoral.
No había una persona capaz de defender a la tiranía en las calles y todo el mundo, cuando no la condenaba de manera directa, trataba de presentarse como una de sus víctimas o como familiar de una de éstas.
Se formó una opinión pública que no era real y que no correspondía al pensamiento por conveniencia de la mayoría de los pobres de las ciudades y campos.
Juan Bosch, quien había llegado al país el 20 de octubre de 1961, al frente del Partido Revolucionario que lo había hecho el cinco de julio, acumulaba una experiencia política con la que no contaban los grupos antitrujillistas de izquierda ni derecha.
Aunque la izquierda no fue a las elecciones sí lo hizo la derecha –eran antitrujillistas ambas-, y se dio por descontado que el doctor Viriato Fiallo y la Unión Cívica Nacional ganarían las elecciones.
Bosch y el PRD, con la experiencia y la malicia políticas de sus 22 años en el exilio, supo que el país no estaba preparado para un cambio tan radical como del trujillismo al antitrujillismo y que se iba a preferir una solución intermedia.
El “borrón y cuenta” nueva que centró el reclamo político del candidato convenció a las mayorías rurales y urbanas y él y su partido ganaron dos a uno las elecciones.
En la zona rural, es bueno recordarlo, muchos campesinos no aceptaban todavía la noticia de que el tirano Rafael Trujillo había sido ajusticiado, y la radicalización que propugnaban la izquierda y la derecha antitrujillistas molestaban y llevaban la incertidumbre a las Fuerzas Armadas, hechura de la tiranía.
Aunque la propuesta de Bosch y el PRD representaría la opción democrática del más racional y posible de los antitrujillismos, como se comprobaría muy poco tiempo después de las elecciones del 20 de diciembre, la derecha derrotada comenzó de inmediato a conspirar contra el gobierno que se juramentaría el 27 de Febrero de 1963.
El texto de Carta Magna que el dirigente y su partido llevaron a la Asamblea Constituyente integrada por una mayoría de senadores y diputados obtenida por ellos en los comicios, convenció a la izquierda y liberales antitrujillistas de la inteligencia de apoyar al nuevo gobierno.
Y así lo hicieron, aunque no pudieran evitar que la derecha antitrujillista derrotada en las elecciones del año anterior, junto a la misión militar de Estados Unidos, a los jefes militares y a la jerarquía de la iglesia católica criollos, acentuaran el trabajo conspirativo y patrocinaran el golpe de Estado del 25 de setiembre de 1963.
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