miércoles, mayo 07, 2008

ENERGIA Y MAS/La recuperación del PRD

Antonio Almonte, Clave Digital
Físico, Ex Director de la Comisión Nacional de Energía.

Pero, como dice el pueblo: “una cosa piensa el burro y otra el que lo apareja”. Por ejemplo, en estos días la desazón va creciendo en ciertos círculos de ideólogos y dirigentes del PLD, debido a que cada vez que salen a las calles y se adentran en las profundidades de nuestros campos y barrios populares les reaparece vigoroso el viejo fantasma del buey blanco.


Desde su llegada al poder, el 16 de agosto del 2004, la dupla PLD-Gobierno ha desarrollado una campana amplia y sistemática para situar al PRD en el más bajo nivel de credibilidad pública.


Hay, entre otros, dos factores que han facilitado esa estrategia, primero, que durante el último gobierno del PRD (2000-2004) ocurrieron hechos sin precedentes en nuestro país, como la quiebra simultanea de tres grandes bancos, cuyas consecuencias hubo de ser afrontada – y sufrida - por la autoridad nacional, en una forma y circunstancias que siempre serán discutibles. Pero, se produjeron también otros hechos criticables, provocados por la insensatez de algunos funcionarios y dirigentes del partido blanco.


El segundo factor es que el PLD-Gobierno ha explotado hasta sus límites el desconocimiento que tiene gran parte de la masa de votantes de menos de 30 años acerca de las contribuciones que en términos políticos, de desarrollo institucional, movilización e integración social y económica ha hecho a la nación, en mas de 50 años, el Partido Revolucionario Dominicano.


Más aún, esa misma juventud tiene también, muy escaso recuerdo sobre los fundamentos, valores y predicas que dieron origen al PLD y que contrastan radicalmente con las predicas acciones del dúo PLD-Gobierno.


Aprovechando esas circunstancias, la campaña del PLD-Gobierno se ha centrado en atacar al PRD mucho más que a su candidato Miguel Vargas Maldonado. El plan es simple: destruir toda confianza y soporte social del partido blanco para cimentar sobre sus restos la hegemonía por largo tiempo de un partido cuasi único.


Pero, como dice el pueblo: “una cosa piensa el burro y otra el que lo apareja”. Por ejemplo, en estos días la desazón va creciendo en ciertos círculos de ideólogos y dirigentes del PLD, debido a que cada vez que salen a las calles y se adentran en las profundidades de nuestros campos y barrios populares les reaparece vigoroso el viejo fantasma del buey blanco.


En efecto, el PRD se ha recuperado y vuelve a lucir unificado, activo y en movimiento.


Comienzan a diluirse las hipótesis alegres sobre que el PRD ya “cumplió su misión histórica”, que es “un partido en desbandada”, que esta “desacreditado hasta lo irrecuperable”, etcétera.


Hipótesis que fueron tan bien vendidas que incluso franjas de dirigentes del PRD la compraron.


Es cierto, por su consabida ineficacia en la gestión del Estado, los partidos políticos dominicanos están amenazados en la vigencia de su hegemonía en el futuro, pero están amenazados todos, no solo el PRD. Más aun, entre esos partidos existen extraños vasos comunicantes que hacen que el fracaso de uno legitime la vigencia y el levantamiento del adversario, y así discurren en un típico movimiento de sube y baja arreglado.


Y hay mas, los partidos políticos nacen y mueren, es verdad, pero pueden ser también muy refractarios, y suelen hacer ajustes y recuperarse de casi cualquier crisis o mal periodo. La historia reciente está repleta de ejemplos en ese sentido. Es por eso que ha tenido eco la consigna de que en política “no hay victoria para siempre, ni derrota definitiva”.


No se discute que la trama socioeconómica y política o, como dicen los especialistas, la matriz social, dominicana sea de menor escala que la de otras naciones de la región, donde el sistema de partido ha colapsado, pero nuestro proceso tiene también sus particulares sutilezas y, por ahora, nuestros científicos sociales tendrán que buscar otra lupa para descubrir las finas hebras que la entretejen.


Mientras tanto, como el Ave Fénix, el PRD parece volar en franca recuperación electoral, y lo hace con las herramientas de estos tiempos, y debido, además, a que ha abrevado en el turbio pozo de amargas experiencias licuadas en el acido de la crítica pública y la derrota. Pero se recupera también, por la decepción que va produciendo a su paso un gobernante imbuido de un lamentable espíritu de continuismo y ambición de poder.

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