El socialismo como aspiración a una mayor equidad social sigue vivo en nuestro continente, aupado por notorios fracasos del modelo económico liberal. La izquierda vive ahora su prueba de fuego en búsqueda de “otro mundo posible”.
Por Jesús Martín / El Caribe
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Un significativo número de países de América Latina ha abandonado el capitalismo económico liberal que caracterizó la década de los años 90’, para adoptar sistemas de gobierno izquierdistas. El nuevo bloque rojo latinoamericano tiene dos modelos: uno de corte socialdemócrata y otro populista revolucionario.
Mandatarios y gobiernos de diferentes naciones del continente representan estas dos tendencias, ejerciendo una labor diplomática en la que se estrechan lazos o se guardan distancias, según sus intereses.
Marco geopolítico. Brasil, Chile, Argentina, Perú y Uruguay son los representantes de la izquierda moderada, en la que Lula da Silva es el referente. Mientras que Hugo Chávez, presidente de Venezuela, lidera un bloque más radical compuesto por Bolivia, Ecuador, Nicaragua y su propio país.
A mitad de camino quedan Paraguay y República Dominicana, que han de responder a compromisos adquiridos con ambas partes -debido a sus necesidades-, en una posición de equilibrio de difícil sostenimiento.
Colombia está en manos de reformistas liberales, ocupando un lugar geográfico comprometido con sus vecinos.
Socialismo Siglo XXI. Chávez propugna esta nueva ideología autodenominada “revolucionaria”, que sigue creyendo en la concentración del poder económico y político sobre el Estado, como mecanismo de distribución equitativa de recursos en el pueblo.
Ejerce una oposición intransigente hacia la hegemonía mundial de Estados Unidos, representante, según su criterio, del “imperialismo y el capitalismo más pernicioso para la sociedad”.
Un significativo número de países de América Latina ha abandonado el capitalismo económico liberal que caracterizó la década de los años 90’, para adoptar sistemas de gobierno izquierdistas. El nuevo bloque rojo latinoamericano tiene dos modelos: uno de corte socialdemócrata y otro populista revolucionario.
Mandatarios y gobiernos de diferentes naciones del continente representan estas dos tendencias, ejerciendo una labor diplomática en la que se estrechan lazos o se guardan distancias, según sus intereses.
Marco geopolítico. Brasil, Chile, Argentina, Perú y Uruguay son los representantes de la izquierda moderada, en la que Lula da Silva es el referente. Mientras que Hugo Chávez, presidente de Venezuela, lidera un bloque más radical compuesto por Bolivia, Ecuador, Nicaragua y su propio país.
A mitad de camino quedan Paraguay y República Dominicana, que han de responder a compromisos adquiridos con ambas partes -debido a sus necesidades-, en una posición de equilibrio de difícil sostenimiento.
Colombia está en manos de reformistas liberales, ocupando un lugar geográfico comprometido con sus vecinos.
Socialismo Siglo XXI. Chávez propugna esta nueva ideología autodenominada “revolucionaria”, que sigue creyendo en la concentración del poder económico y político sobre el Estado, como mecanismo de distribución equitativa de recursos en el pueblo.
Ejerce una oposición intransigente hacia la hegemonía mundial de Estados Unidos, representante, según su criterio, del “imperialismo y el capitalismo más pernicioso para la sociedad”.
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La diversidad de modelos económicos, el populismo y la dificultad de integración son los desafíos que debe enfrentar la izquierda en el continente.
La diversidad de modelos económicos, el populismo y la dificultad de integración son los desafíos que debe enfrentar la izquierda en el continente.
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Para Chávez, líderes como Da Silva (Brasil) o Bachelet (Chile) no llegan a ser verdaderos socialistas, ya que preservan instituciones “injustas” del mercado y la democracia.
Por otra parte, el proceso de sucesión encabezado por Raúl Castro no sigue íntegramente los planteamientos que propugna el líder venezolano, al sustentarse en lo que se ha llamado un relanzamiento del socialismo cubano sobre bases propias.
Integración. La cuestión clave que plantean los analistas políticos es si existe un grupo compacto entre estas naciones, que los una no sólo en cuanto a su ideología, sino también en torno a intereses comunes.
Las principales divergencias pivotan en cuanto a la diversidad de modelos económicos, el populismo y la integración regional.
Chávez es el máximo impulsor de la nueva izquierda revolucionaria, con un estilo de gobierno populista orientado hacia los sectores más desfavorecidos, a lo que se añade una dinámica de confrontación con los empresarios y gran parte de la clase media.
Sin embargo, Chile y Brasil, los países más desarrollados del continente, no ejercen gobiernos de concentración estatal, desarrollando políticas izquierdistas más moderadas y manteniendo fluidas relaciones con Washington.
La integración en proyectos regionales comunes de alto nivel parece complicada y no ha acabado de concretarse, salvo en casos aislados.
Si el lector estuviera interesado en consultar bibliografía sobre la nueva izquierda latinoamericana, puede dirigirse a los siguientes autores: Emir Sader, Michel Lowy, Heinz Dietrich, Perry Anderson, Boro de Atilio, Raul Zibech, Frei Betto, Noam Chomsky, Ignacio Ramonet, entre otros.
Cuarenta años después de su muerte, Ernesto Che Guevara, el guerrillero argentino que combatió por la revolución cubana y denostó el capitalismo, genera jugosas ganancias a la industria publicitaria como icono revolucionario y símbolo de rebeldía.
Su imagen de guerrillero desaliñado, su leyenda de joven rebelde y su trágica muerte, han contribuido a alimentar el mito nacido tras su ejecución a manos del ejército boliviano y de la CIA norteamericana, en octubre de 1967.
Muchos se preguntan si el Che se habría convertido en un icono revolucionario si no hubiera sido por su atractivo, o si el cubano Korda no hubiera tomado la popular fotografía en la que aparece con la mirada perdida y un halo místico. Sea como fuere, nadie puede poner hoy en duda su popularidad, sobreviviente en todos estos años.
El nombre de Ernesto Guevara tiene más de dos millones de entradas mensuales en el portal de Internet Google, y su imagen ha dado la vuelta al mundo en camisetas, pantalones, gorras y otros objetos.
El Banco del Sur, entidad financiera para la que se han mancomunado Brasil, Argentina, Ecuador, Uruguay, Bolivia, Paraguay y la propia Venezuela, pretende competir con las instituciones crediticias internacionales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Nace sobre la base de un igualitarismo que otorga un voto tanto al pequeño Uruguay, como al gigantesco Brasil. Han quedado fuera Perú y Colombia, mientras que Chile permanece como país observador.
Según el venezolano, “se da la paradoja de que los países en vías de desarrollo están prestando dinero a EE.UU. al 1% o 2% de interés, dinero que Washington presta a su vez a estos países a un interés del 10%, es de tontos”, explicó. El Banco del Sur es el primero de los “grandes proyectos bolivarianos” con sede central en Caracas.
Se prevé estará operativo este año, con un capital inicial en torno a los US$7,000 millones. Sin embargo, Chávez no ha logrado una plena colaboración en el proyecto.
Paraguay es un firme candidato
Paraguay podría ser la última incorporación. Fernando Lugo, el presidente paraguayo electo desde hace dos semanas gracias a una coalición de partidos, anunció que su medida más importante a corto plazo será la reforma de la Constitución, para garantizar la independencia del poder judicial.
Cuando se le preguntó si en esa reforma introducirá la reelección, Lugo no dio una respuesta firme.
En 2006 cambió el obispado que ocupaba desde 1994 por el activismo político, afirmando que “lo mío es la opción pastoral por los pobres”.
Benedicto XVI le suspendió “a divinis” (prohibición de administrar algunos sacramentos y enseñar doctrina) en 2007.
Mientras, el presidente se define como “un obispo rebelde” que luchará por la justicia social.
Hugo Chávez
Venezuela
No tiene pelos en la lengua. El precio creciente del petróleo han dado al régimen chavista la posibilidad de convertirse en una potencia económica regional.
Desarrolla una política exterior intensa basada en el panamericanismo y en una relación estrecha con los regímenes más izquierdistas de Latinoamérica.
Lula da Silva
Brasil
El ex sindicalista tuvo que emplear dos semanas antes de su primer triunfo electoral, en octubre de 2002, para tranquilizar a los mercados, los empresarios e inversores, preocupados por la llegada al poder del Partido de los Trabajadores.
Ahora tiene respaldo mayoritario, pese a algunos escándalos.
Alán García
Perú
También protagonizó un choque con el populismo revolucionario de Chávez. Además del cruce de insultos personales, las relaciones diplomáticas están prácticamente rotas.
El apodado “caballo loco” discrepa con la oposición sobre el modo de fomentar la justicia social, dentro de la bonanza económica
M.Bachelet
Chile
La presidenta socialista tiene que gobernar en concertación con la Democracia Cristiana.
Pese a ser el país más rico de Latinoamérica, su nivel de desigualdades es el más elevado del continente, junto con el de Brasil.
Esas diferencias disminuyen gracias a notables avances en las conquistas sociales.
C. Fernández
Argentina
El partido peronista se proclama de centro-izquierda. Fernández ya ha sufrido “caceroladas” de protesta del sector agrario.
Se aprecia en los últimos tiempos una práctica populista y autoritaria, que responde con violencia a manifestantes opositores y hace cuestionamientos a la libertad de prensa.
Tabaré Vázquez
Uruguay
Fue elegido por una coalición electoral que incluía a guerrilleros tupamaros, comunistas, socialistas y un surtido de democristianos y liberal-demócratas.
Sus nombramientos claves en el Banco Central y el Ministerio de Economía son neoliberales y defensores de limitar el presupuesto hacia el gasto social.
Evo Morales
Bolivia
El líder cocalero reivindica el marxismo como forma de gobierno y de “liberación” de Latinoamérica.
Ejerce una fuerte política de nacionalizaciones que lo enfrentan a las inversiones locales y extranjeras, necesarias para crear riqueza. Parte del territorio boliviano quiere segregarse de la nación.
Rafael Correa
Ecuador
Aunque pretende dar una imagen moderada, Correa llegó al poder con un discurso abiertamente contrario al neoliberalismo, alabando las ejecutorias de su colega venezolano Hugo Chávez.
Su política avanza hacia un gobierno presidencialista que otorgue más poder al Estado, modificando la Constitución.
Daniel Ortega
Nicaragua
El ex guerrillero se postuló por quinta vez como presidente por el Frente Sandinista en 2006. Mejoró su aceptación enarbolando un mensaje pacifista.
La bandera roja y negra sandinista se sustituyó por una rosa, y su himno evitó la frase “luchemos contra el yankee, enemigo de la humanidad”.
Raúl Castro
Cuba
Acaba de cumplir dos meses como presidente, que ha dedicado a eliminar algunas prohibiciones impopulares, aplicar conceptos económicos renovadores y dejar claro su continuismo político.
Su perfil está lejos de las cámaras de televisión, haciendo del silencio su forma de gobierno.
Por otra parte, el proceso de sucesión encabezado por Raúl Castro no sigue íntegramente los planteamientos que propugna el líder venezolano, al sustentarse en lo que se ha llamado un relanzamiento del socialismo cubano sobre bases propias.
Integración. La cuestión clave que plantean los analistas políticos es si existe un grupo compacto entre estas naciones, que los una no sólo en cuanto a su ideología, sino también en torno a intereses comunes.
Las principales divergencias pivotan en cuanto a la diversidad de modelos económicos, el populismo y la integración regional.
Chávez es el máximo impulsor de la nueva izquierda revolucionaria, con un estilo de gobierno populista orientado hacia los sectores más desfavorecidos, a lo que se añade una dinámica de confrontación con los empresarios y gran parte de la clase media.
Sin embargo, Chile y Brasil, los países más desarrollados del continente, no ejercen gobiernos de concentración estatal, desarrollando políticas izquierdistas más moderadas y manteniendo fluidas relaciones con Washington.
La integración en proyectos regionales comunes de alto nivel parece complicada y no ha acabado de concretarse, salvo en casos aislados.
Si el lector estuviera interesado en consultar bibliografía sobre la nueva izquierda latinoamericana, puede dirigirse a los siguientes autores: Emir Sader, Michel Lowy, Heinz Dietrich, Perry Anderson, Boro de Atilio, Raul Zibech, Frei Betto, Noam Chomsky, Ignacio Ramonet, entre otros.
La leyenda del ChE: líder y reclamo publicitario
Cuarenta años después de su muerte, Ernesto Che Guevara, el guerrillero argentino que combatió por la revolución cubana y denostó el capitalismo, genera jugosas ganancias a la industria publicitaria como icono revolucionario y símbolo de rebeldía.
Su imagen de guerrillero desaliñado, su leyenda de joven rebelde y su trágica muerte, han contribuido a alimentar el mito nacido tras su ejecución a manos del ejército boliviano y de la CIA norteamericana, en octubre de 1967.
Muchos se preguntan si el Che se habría convertido en un icono revolucionario si no hubiera sido por su atractivo, o si el cubano Korda no hubiera tomado la popular fotografía en la que aparece con la mirada perdida y un halo místico. Sea como fuere, nadie puede poner hoy en duda su popularidad, sobreviviente en todos estos años.
El nombre de Ernesto Guevara tiene más de dos millones de entradas mensuales en el portal de Internet Google, y su imagen ha dado la vuelta al mundo en camisetas, pantalones, gorras y otros objetos.
El banco que promovió chávez
El Banco del Sur, entidad financiera para la que se han mancomunado Brasil, Argentina, Ecuador, Uruguay, Bolivia, Paraguay y la propia Venezuela, pretende competir con las instituciones crediticias internacionales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Nace sobre la base de un igualitarismo que otorga un voto tanto al pequeño Uruguay, como al gigantesco Brasil. Han quedado fuera Perú y Colombia, mientras que Chile permanece como país observador.
Según el venezolano, “se da la paradoja de que los países en vías de desarrollo están prestando dinero a EE.UU. al 1% o 2% de interés, dinero que Washington presta a su vez a estos países a un interés del 10%, es de tontos”, explicó. El Banco del Sur es el primero de los “grandes proyectos bolivarianos” con sede central en Caracas.
Se prevé estará operativo este año, con un capital inicial en torno a los US$7,000 millones. Sin embargo, Chávez no ha logrado una plena colaboración en el proyecto.
Paraguay es un firme candidato
Paraguay podría ser la última incorporación. Fernando Lugo, el presidente paraguayo electo desde hace dos semanas gracias a una coalición de partidos, anunció que su medida más importante a corto plazo será la reforma de la Constitución, para garantizar la independencia del poder judicial.
Cuando se le preguntó si en esa reforma introducirá la reelección, Lugo no dio una respuesta firme.
En 2006 cambió el obispado que ocupaba desde 1994 por el activismo político, afirmando que “lo mío es la opción pastoral por los pobres”.
Benedicto XVI le suspendió “a divinis” (prohibición de administrar algunos sacramentos y enseñar doctrina) en 2007.
Mientras, el presidente se define como “un obispo rebelde” que luchará por la justicia social.
Abanico de presidentes de izquierda
Hugo Chávez
Venezuela
No tiene pelos en la lengua. El precio creciente del petróleo han dado al régimen chavista la posibilidad de convertirse en una potencia económica regional.
Desarrolla una política exterior intensa basada en el panamericanismo y en una relación estrecha con los regímenes más izquierdistas de Latinoamérica.
Lula da Silva
Brasil
El ex sindicalista tuvo que emplear dos semanas antes de su primer triunfo electoral, en octubre de 2002, para tranquilizar a los mercados, los empresarios e inversores, preocupados por la llegada al poder del Partido de los Trabajadores.
Ahora tiene respaldo mayoritario, pese a algunos escándalos.
Alán García
Perú
También protagonizó un choque con el populismo revolucionario de Chávez. Además del cruce de insultos personales, las relaciones diplomáticas están prácticamente rotas.
El apodado “caballo loco” discrepa con la oposición sobre el modo de fomentar la justicia social, dentro de la bonanza económica
M.Bachelet
Chile
La presidenta socialista tiene que gobernar en concertación con la Democracia Cristiana.
Pese a ser el país más rico de Latinoamérica, su nivel de desigualdades es el más elevado del continente, junto con el de Brasil.
Esas diferencias disminuyen gracias a notables avances en las conquistas sociales.
C. Fernández
Argentina
El partido peronista se proclama de centro-izquierda. Fernández ya ha sufrido “caceroladas” de protesta del sector agrario.
Se aprecia en los últimos tiempos una práctica populista y autoritaria, que responde con violencia a manifestantes opositores y hace cuestionamientos a la libertad de prensa.
Tabaré Vázquez
Uruguay
Fue elegido por una coalición electoral que incluía a guerrilleros tupamaros, comunistas, socialistas y un surtido de democristianos y liberal-demócratas.
Sus nombramientos claves en el Banco Central y el Ministerio de Economía son neoliberales y defensores de limitar el presupuesto hacia el gasto social.
Evo Morales
Bolivia
El líder cocalero reivindica el marxismo como forma de gobierno y de “liberación” de Latinoamérica.
Ejerce una fuerte política de nacionalizaciones que lo enfrentan a las inversiones locales y extranjeras, necesarias para crear riqueza. Parte del territorio boliviano quiere segregarse de la nación.
Rafael Correa
Ecuador
Aunque pretende dar una imagen moderada, Correa llegó al poder con un discurso abiertamente contrario al neoliberalismo, alabando las ejecutorias de su colega venezolano Hugo Chávez.
Su política avanza hacia un gobierno presidencialista que otorgue más poder al Estado, modificando la Constitución.
Daniel Ortega
Nicaragua
El ex guerrillero se postuló por quinta vez como presidente por el Frente Sandinista en 2006. Mejoró su aceptación enarbolando un mensaje pacifista.
La bandera roja y negra sandinista se sustituyó por una rosa, y su himno evitó la frase “luchemos contra el yankee, enemigo de la humanidad”.
Raúl Castro
Cuba
Acaba de cumplir dos meses como presidente, que ha dedicado a eliminar algunas prohibiciones impopulares, aplicar conceptos económicos renovadores y dejar claro su continuismo político.
Su perfil está lejos de las cámaras de televisión, haciendo del silencio su forma de gobierno.
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