La columna de Miguel Guerrero

Por Miguel Guerrero / El Caribe

La subida de precios de los alimentos a nivel mundial ha originado una interesante controversia. La ONU sostiene que las causas han sido la transformación de alimentos en biocombustibles, para hacer frente al alza desmedida de los precios del petróleo.

La crisis ha sido calificada por el organismo mundial de “auténtica tragedia”, al poner en peligro su Programa Mundial de Alimentos debido a que la agencia ha perdido en los tres últimos meses el 40% de su poder adquisitivo.

De no haber donaciones adicionales en la misma proporción cientos de millones de seres humanos en todo el mundo sufrirán los efectos de una gran hambruna. Jean Ziegler, relator de Naciones Unidas para el Derecho a la Alimentación, ha dicho que el uso de alimentos para producir biocombustibles “es un crimen contra gran parte de la humanidad, algo intolerable”.

Según la agencia, en el último año los precios de los cereales han aumentado entre un 53% como es el caso del maíz, hasta un 130% registrado en el trigo, con aumentos muy similares en la soya y el arroz, entre otros. A todo esto debe añadirse el incremento en los fletes, que encarece aún más la comercialización de estos productos básicos.

No todos los líderes mundiales comparten esta apreciación, con la cual están de acuerdo Fidel Castro y la revista Time, dos extremos en el espectro ideológico.

El presidente Lula, del Brasil, país que promueve los biocombustibles, dice en cambio que el fenómeno actual resulta de una combinación de factores, entre los que cita el alza del petróleo, la reducción de cosechas en varios países a causa de climas adversos, los aumentos de fletes, la especulación financiera y el aumento del consumo en países en desarrollo como China, India y el suyo.

El gobierno dominicano ha aprobado un proyecto para producir etanol en base a la caña. Pero se ignora su posición respecto a esta controversia internacional.

Miguel Guerrero es escritor y periodista
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