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J.C. Malone
NUEVA YORK.- El reciente “incidente” donde iraníes “provocaron” naves estadounidenses en el Estrecho de Hormuz parece una historia repetida. Luce como la próxima guerra a ser iniciada con evidencias fabricadas. La expansión imperial estadounidense arrancó con una guerra motivada por un ataque inexistente. En abril de 1898 el USS Maine estaba anclado en el puerto de La Habana y estalló. Estados Unidos acusó a España de torpedear la nave, se interrumpió la guerra de independencia cubana y se inicio la guerra Hispano Americana. Más de 100 años después admitieron que la explosión se produjo en el depósito de torpedos del Maine, España nunca la atacó. En esa guerra el mundo cambió de imperio, fue aquí en El Caribe donde cayó Madrid y ascendió Washington.
Como aquello dio resultado, se usó tra vez.
En agosto de 1964 el presidente Lyndon B. Johnson escaló la guerra de Vietnam alegando que naves nortvietnamitas atacaron destructores estadounidenses en el Golfo de Tonkin. Murieron millones de vietnamitas, unos 60 mil estadounidenses y se gastó una cantidad alucinante de millones de dólares. Luego el propio Johnson admitió que los hechos fueron “muy diferentes” a lo que se dijo entonces.
Hoy muchos estadounidenses dudan de la versión oficial sobre lo ocurrido el 9/11. Y marchamos sobre Bagdag con falsas pruebas sobre armas imaginarias.
Tantas evidencias fabricadas y ataques inexistentes crearon un serio problema de credibilidad que el Pentágono pretende resolver presentando video y audio de la “provocación” iraní.
El interés oficial de proteger la credibilidad suguiere que la decisión de atacar a Teherán ya está tomada. Y empezaron la campaña de justificación. Ya no por querer fabricar armas nucleares, sino por su apoyo a los “insurgentes” de Irak y ahora por su “provocación” directa a Estados Unidos. Este, sin duda, será el año de Irán.
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