Listín Diario, Matutino Dominicano
Jaime Aristy Escuder
El presidente Leonel Fernández ha vuelto a echarle la culpa de sus dificultades económicas a la gestión que le precedió. Según él, los dominicanos deberán pagar por 15 ó 20 años la deuda del Banco Central que se originó por “el endeudamiento irresponsable y la mala política económica aplicada por el pasado gobierno.” Y se lamenta que su gobierno deberá transferir entre 8 mil y 9 mil millones de pesos al Banco Central para amortizar la deuda de ese organismo emisor, en vez de gastar ese dinero. Esas afirmaciones son un insulto a la inteligencia del pueblo dominicano.
El presidente Fernández ha sido el gran responsable del aumento de la deuda del Banco Central. Durante sus tres primeros años de gestión la cantidad de certificados o títulos financieros del organismo emisor se incrementó en 110 mil millones de pesos, al pasar de 89,434 millones en agosto de 2004 a una cifra cercana a los 200 mil millones en el último trimestre de 2007. Esto revela que el aumento de la deuda del Banco Central ha sido superior en el gobierno de Leonel Fernández que el registrado durante el salvamento bancario realizado en el período 2003-2004.
En abril de 2004, el candidato Leonel Fernández afirmó, ante la matrícula de la Cámara Americana de Comercio, que realizaría una reforma tributaria con el objetivo de obtener los recursos necesarios para enfrentar el déficit cuasi fiscal del Banco Central. Además señaló que tomaría medidas para “separar la deuda de corto plazo generada por el rescate bancario junto a los activos de los bancos colapsados, de la política monetaria del Banco Central,Ö” ¿Qué hizo después de ser electo Presidente?
La reforma tributaria se aprobó hacia finales de 2004 y elevó sustancialmente los ingresos tributarios durante el año 2005. Posteriormente, Leonel Fernández se hizo aprobar hacia finales de 2005 y 2006 dos reformas tributarias adicionales. Esos tres azotes impositivos permitieron elevar los ingresos corrientes mensuales del Gobierno Central de 10,495 millones de pesos en el año 2004 a 19,132 millones de pesos mensuales en el año 2007, representando un aumento de un 82.3% en los recursos disponibles.
El candidato Fernández también prometió que aplicaría una política de austeridad. En el discurso de toma de posesión prometió que reduciría el gasto corriente en un 20% y en diciembre de 2006 se hizo aprobar una Ley de Austeridad que reduciría el gasto corriente en el año 2007 en 17,500 millones de pesos. A pesar de esas promesas y esos compromisos legales, en el período 2005-2007 el gasto público se incrementó a un promedio anual de un 29%. En ese gasto se incluyen los 15 mil millones de pesos gastados en propaganda, los sueldos de más de un millón de pesos al mes para los principales funcionarios, el aumento de la nómina pública y una enorme cantidad de viajes presidenciales con séquitos imperiales.
El dinero recaudado también se gastó en la construcción del Metro de Santo Domingo. Sin presupuesto y sin todos los estudios técnicos necesarios se inició la construcción de una obra que terminará costando alrededor de 40 mil millones de pesos; recursos que pudieron usarse para mejorar la calidad de los servicios que se brindan en las escuelas y los hospitales públicos.
La irresponsable política de gasto público provocó que, a pesar del notable aumento de los ingresos gubernamentales, el presidente Fernández no entregase al Banco Central el dinero correspondiente al pago de los intereses de los certificados financieros. El pago de esos intereses se realizó con emisiones de pesos “inorgánicos,” los cuales fueron retirados del mercado monetario mediante la colocación de nuevos certificados financieros del Banco Central. Esa política fiscal, unida a la política monetaria restrictiva aplicada intensamente desde septiembre de 2004, llevó la deuda del Banco Central al nivel cercano a los 200 mil millones de pesos.
Si Leonel Fernández hubiese entregado desde el año 2005 los pesos correspondientes a los intereses de esos títulos financieros emitidos por el Banco Central, tal como le prometió al país, la deuda de esa institución fuera inferior a los 89,434 millones de pesos -que se emitieron durante el rescate de más de 700 mil depositantes- y el servicio de esa deuda sería mucho menor que el actual.
Desdichadamente, el presidente Fernández prefirió despilfarrar los 300 mil millones de pesos que recibió su gobierno de ingresos adicionales en estos últimos tres años y crear simultáneamente una inmensa e inestable bola de nieve en el Banco Central, la cual es de su exclusiva responsabilidad. El pueblo dominicano cumplió con su parte al pagar mayores impuestos para resolver el problema del rescate bancario. En cambio, Leonel Fernández faltó a su palabra, convirtiéndose en un gran incumplidor que pretende engañar nuevamente al pueblo dominicano echándole la culpa de los males económicos actuales ñy los que se avecinan- al gobierno anterior.
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