martes, enero 29, 2008

Al día

El Nacional, Vespertino Dominicano
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POR JUAN JOSE AYUSO

La del presidente y candidato Fernández es una campaña de terrorismo electoral.

El tema ya no es sólo “el gobierno anterior”, el de Hipólito Mejía, sino también el de Salvador Jorge Blanco, 1982-1986.

Sin el menor análisis de los primeros dos años de cada uno de esos gobiernos porque de eso no se trata y sin reparar en que después de su salida del gobierno, Jorge Blanco no ha podido desempeñarse siquiera como dirigente político.

La condena de ese político y de su gobierno se la dio el pueblo, quien decidió despreciarlo y olvidarlo, igual que el partido al que pertenece, que todavía lo relega a un plano insignificante.

La campaña electoral terrorista del presidente y candidato olvida, más importante aún, porque le conviene y porque señalarlo le desvirtuaría el muñeco de terror que quiere armar, a los tres primeros presidentes del PRD.

El primero fue Juan Bosch, de febrero a setiembre de 1963, cuyo derrocamiento produciría el movimiento popular de la revolución constitucionalista y guerra patria de 1965.

El segundo, en circunstancias especiales, Francisco Alberto Caamaño Deñó.

El tercero fue el de Antonio Guzmán, cuya acción logró desarticular el mecanismo de fraude que tenía instalado Joaquín Balaguer, respaldado por los jefes militares que encabezaban también y como usufructuarios su política de corrupción.

Todavía, encuestas que han incluido la pregunta, presentan al de Guzmán como a uno de los gobiernos que los dominicanos recuerdan con mayor respeto y por el que conservan mayores simpatías. (El de Caamaño Deñó, en ese orden, es un fenómeno aparte, dada su naturaleza bélica frente a la invasión militar de Estados Unidos).


¿Cuál es el PRD al que se enfrenta y quiere destruir con su campaña electoral de terrorismo el presidente y candidato Fernández?

El PRD que él ha elegido es el que simbolizarían los dos últimos años de los cuadrienios de Jorge Blanco y de Mejía, 1984-1986 y 2002-2004, que no es el PRD que se conoce de manera principal no sólo por las gestiones de Bosch, Caamaño Deñó y de Guzmán sino por sus cuarenta y cinco años de participación en la construcción de la democracia electoral.

¿Lograron los dos últimos años del gobierno de Mejía, que redujeron su votación a un 34 por ciento del electorado, el más bajo de su historia electoral desde 1962, eliminar al PRD como partido de masas con tradición de militancia entre los dominicanos de muchas generaciones?
¿Eliminaron esos dos años de gobierno personalista y chabacano la posibilidad de que el PRD y sus dirigentes y militantes, en su mayoría no contaminados por la corrupción, rescaten y reorienten a esa organización de acuerdo con la esencia democrática de los gobiernos de Bosch, Caamaño Deñó y de Guzmán?

El presidente y candidato reeleccionista Fernández quisiera pensar que sí, y para ello su campaña electoral terrorista, pero la razón no le da la posibilidad de que así sea.

Además, la cola que han tratado de crearle al candidato Miguel Vargas es imaginaria, como pudiera no serlo la del presidente y candidato reeleccionista y sus acólitos, que se ha elaborado de 1996 a 2000 y 2004 a 2008, tan larga y sinuosa como lo será el metro.

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