Editorial/La participación en Colombia

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Desde el pasado 10 de diciembre, la Argentina ha tomado un rol mucho más activo -aunque lejano de ser protagónico- en algunas acciones de política internacional.

La primera señal de que la administración de Cristina Fernández tomaría este cariz se dio en el primer día. Apenas horas después de haber asumido la conducción del país, la primera Presidenta recibió en la que resultó su primera audiencia especial al primer ministro de Francia, François Fillon. Esta reunión bilateral cobró mayor relevancia porque participó invitada a la ceremonia del traspaso del mando en el Congreso Yolanda Pulecio, la madre de Ingrid Betancourt, que hace más de 5 años está cautiva en la selva.

Una semana después, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) anunciaban que liberarían a la ex candidata a vicepresidenta Clara Rojas, a su hijo Emmanuel (de 4 años, nacido de una relación amorosa con un guerrillero) y a la ex congresista liberal Consuelo González Perdomo. Según el grupo armado, sería un "gesto de desagravio" al presidente Hugo Chávez, luego de que el Gobierno colombiano diera por terminada abruptamente una mediación por un canje entre rehenes y guerrilleros presos que conducían el venezolano y la senadora liberal colombiana Piedad Córdoba. Las FARC también dijeron que los tres liberados se entregarían a Chávez o a "quien él designe" para evitar "bajezas" del Gobierno, en alusión a cuando el Ejército colombiano, apenas se canceló la gestión de Chávez, interceptó pruebas de vida de 16 rehenes y arrestó a 3 personas.

Apenas dos semanas después, Chávez daba a conocer su plan para la liberación de los rehenes, con la participación de veedores internacionales, entre los que figuraba Néstor Kirchner. De esta manera, el ex Presidente mostró que no había dicho la verdad al momento de desmentir al esposo de Betancourt, Juan Carlos Lecompte, quien había asegurado que el propio ex mandatario le había afirmado que antes de fin de año estaría en la selva colombiana.
Los grandes medios de comunicación de Buenos Aires exaltaban la participación de Kirchner como garante en la resolución del conflicto.

Y es que, a decir verdad, se jugaba mucho: era el único ex presidente en el lugar de conflicto -con potencial para la reelección- y es la primera vez en muchos años que Argentina tomaba una importante participación en un conflicto internacional.

El resultado de la operación ya es sabido: fue un fracaso. Los entretelones del fiasco internacional ahora se están dando a conocer.

Ahora, la evaluación que falta hacer es cómo quedó parado Kirchner ante Latinoamérica y ante el mundo. Recientemente, el Gobierno ha manifestado -a través del Canciller Taiana- que la participación argentina "tiene un valor en sí misma", aunque admitió que, por el momento, "no hay condiciones" para que ello se produzca y que los resultados no fueron los deseados. Y repartió culpas entre las FARC y el Gobierno colombiano. Sostuvo que desde el lado de los garantes "sugerimos algunas ideas", pero lamentó que "hay una cierta evidente reticencia de las FARC a brindar las coordenadas y el Gobierno (del presidente Alvaro Uribe), por su parte, también insiste en que tiene derecho a realizar operaciones militares" contra la guerrilla.

La oposición, por su parte, dio un contundente apoyo al objetivo humanitario de la fracasada misión que encabezó como garante el ex presidente Néstor Kirchner pero criticó el manejo del operativo y la política exterior oficial.

Además, los referentes de los principales partidos no opositores interpretaron que, tras el resultado negativo de la operación, al Gobierno le será más difícil despegarse del escándalo de la valija venezolana de dinero que entró ilegalmente al país y que, según la justicia estadounidense, estaba destinada a la campaña de la presidenta Cristina Fernández.

Sólo queda esperar para determinar si es que se puede reactivar la misión o bien todo quedará en la nada. En tal caso, habrá que esperar para determinar cómo quedará parado el ex presidente y si intentará dar un nuevo impulso a su fracasado primer paso como activo actor internacional.