La mentira

Listí Diario, Matutino Dominicano

Luz García

Hola Amigas:
La mentira es un quebrantamiento absoluto de la verdad que no admite matices. Es un feo y desagradable adefesio de la conducta humana, producto de esas veleidades extrañas de la conducta. Una cosa es verdad o es mentira sin importar las motivaciones que se argumenten.


No hay medias mentiras y las medias verdades son una vulgar manipulación de la falta de veracidad. La falta involucra en la definición ciertas variables colaterales interesantes, porque la mentira puede ser fruto del uso y el abuso de la imaginación y en este caso, sin que esto implique atenuación o dispensa, este vicio infantil es más o menos en ocasiones potable por lo ingenuo y simpático que suele ser, aunque cuando se hace sistémico y no se corrige a tiempo, puede llegar a la mitomanía o a sus deformaciones indeseables tales como la mentira patológica que raya en la ridiculez y puede negar cualquier asomo de seriedad o credibilidad. La ficción, el disimulo, la falsa, la invención, la quimera, son fórmulas de la mentira. Todo disfraz también lo es.


La mentira piadosa, pretende evitar a otros, dolor innecesario, que casi siempre contribuye como fórmula de engaño a ocasionar más dolor del que se trató de evitar. De todas maneras, toda forma de engaño entraña una mentira o muchas mentiras relacionadas. La falsedad, la inautenticidad, el engaño, el dolo, la decepción, son formas de mentiras más complejas. La mentira amorosa integra infidencia, casi siempre infidelidad, cierta forma de perversidad y carencia de integridad, en este caso es un comodín del engaño. La simulación es otra forma de mentira y la apariencia también.


La difamación y la injuria son formas terribles de mentiras que tienden a desacreditar y producir un daño moral muchas veces fruto del despecho, la envidia el egoísmo y hasta el miedo. La difamación no se explica sin la mentira, y después de resarcida la verdad o reparado el daño, esta perversa forma de la maldad siempre deja sus residuos en la gente y por ello puede resultar valedera la máxima aquella de negra estirpe: “miente que algo queda”.