Por Ramón Alburquerque / El Caribe
En griego “demos” significa pueblo. La democracia es el sistema de gobierno donde el poder soberano reside en el pueblo. Los legisladores y el gobierno son delegatarios, simples servidores públicos. La actual administración no pasa las pruebas de un ejercicio democrático, transparente y equitativo. Resulta impresionante el número de escándalos indecorosos.
Las democracias son la institucionalización de las libertades, donde la responsabilidad del poder se ejerce con humildad, acatando la Constitución y las leyes de manera ordinaria.
En cambio, Leonel Fernández gobierna sin escuchar, imponiendo su voluntad personal, violando la constitución y las leyes.
Las democracias cuidan con esmero los derechos del individuo y de las minorías. Pero aquí, el candidato-presidente Fernández amenaza la oposición, como hizo en su discurso del 27 de enero, advirtiendo a la dirección del PRD que le sigue sus pasos y sus movimientos muy de cerca.
Las democracias repudian los gobiernos todopoderosos, que monopolizan negando la descentralización a favor de regiones y municipios. No obstante, el candidato-presidente Leonel se opone al desarrollo de los municipios, cuando observó la ley sobre su financiamiento en el 1997, al retirar equipos pesados a diversas sindicaturas en el 2004, al criticarles en forma desconsiderada, y por no consignarles el 10% en la Ley de Gastos Públicos.
Las democracias tienen entre sus principales funciones la protección a los derechos básicos, como la libertad religiosa y la de expresión, y el sagrado derecho a participar en la vida política, económica y cultural de la sociedad.
En este tema, el presidente Leonel discrimina las demás denominaciones cristianas en provecho de la religión oficial. Acusa funcionarios perredeístas pero libera de cargos a cinco peledeístas implicados en el caso PEME, y de paso, los hizo secretarios de Estado.
Las democracias someten los gobernantes al estado de derecho y, hacen que los habitantes sean protegidos por igual ante las leyes. Lamentablemente, Leonel viola la Constitución y las leyes, construye obras sin diseños, ni presupuestos, sin informar la nación, y fuera de las prioridades nacionales, como el Metro; contrata empréstito sin conocimiento del Congreso Nacional, a espalda de la opinión pública, y luego no precisa el destino de los fondos.
Las democracias brindan los mismos derechos a todos los candidatos por igual, por tanto, repudian el uso de los recursos del Estado. En cambio, Leonel tiene todo el gobierno y sus recursos al servicio de su reelección. ¿Es esto democracia?
Ramón Alburquerque es presidente del PRD
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