lunes, enero 28, 2008

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El Nacional, Vespertino Dominicano
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POR REDHAMÉS GÓMEZ PEPÍN
Una polarización de los votos de blancos y de negros es el mayor riesgo para frustrar la aplastante victoria del aspirante demócrata Barack Obama en las primarias del sábado último en Carolina del Sur.

Y porque conoce que todavía el 80% de la población de Estados Unidos es blanca y apenas el 13% es negra, Obama se apresuró a proclamar que su lucha no es de negros contra blancos, sino "del pasado contra el futuro".

Aun así, los reportes dicen que Obama apeló al voto de los negros que en Carolina del Sur representan más del 50% de los demócratas, estrategia que también adoptará en los estados sureños de Georgia y Alabama.

Pero él insiste en aclarar que en modo alguno quiere que lo conviertan en "el candidato de los afroamericanos", porque esto podría significarle una derrota contundente.

El hecho es que en Carolina del Sur, y con una votación masiva de los electores negros, Obama obtuvo el 55% del total de sufragantes, contra un 27% de Hillary Clinton y un 18% de John Edwars, derrotado en su propio estado natal pese a una cuantiosa inversión de dinero en su campaña.

Esencialmente lo que promueve Obama no es confrontación alguna con nadie, sino un cambio sustancial en la manera de conducción del Estado, algo que también ha impulsado en su condición de senador por Illinois.

Esta vez, en Carolina del Sur, la señora Kennedy hizo la campaña sin la colaboración pública de su esposo Bill y todos anticipan que tendrá que recuperarla para mantener sus posibilidades electorales.

Sin embargo, el mismo sábado se anunció lo que algunos medios definieron como "el puntillazo" a sus aspiraciones, cuando Caroline Kennedy, la hija del asesinado presidente John Fitzgerald, entregó su apoyo a Obama al través de un artículo publicado nada menos que en The New York Times con este título: "Un presidente como mi padre".

Como si fuera poco ayer se anunció el apoyo del senador Edward Kennedy, cabeza del clan.

De ese artículo en The Times lean el siguiente párrafo: "Necesitamos cambiar al líder de este país, tal como lo hicimos en 1960. Obama está haciendo una campaña digna y honesta y tomó la decisión correcta oponiéndose a la guerra de Irak".

Algunos analistas creen que esto catapultará las aspiraciones de Obama en la cita electoral del martes 5 de febrero, el "supermartes" como lo denominan ellos, ocasión en la que votarán 22 estados, y como resultado de la cual la nominación demócrata podría quedar decidida.

Por mi parte, sigo con el temor de un atentado criminal contra la vida de Obama, como le sucedió a otro negro, Martin Luther King, que predicaba lo mismo que él, a John Fitzgerald, el padre de Caroline y a Robert, su tío.

Y todo a pesar de que, además de los negros, Obama ha logrado captar la mitad de los votantes blancos menores de 36 años.

El problema está en los viejos recalcitrantes y capaces de cualquier aventura, porque siempre quedan a buen resguardo.

El KKK no me deja mentir.

rgomez@elnacional.com.do

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