lunes, enero 21, 2008

Los vendedores de ilusiones

Listín Diario, Matutino Dominicano

Joaquín Ricardo -
.
Hay políticas amargas que parecen basarse en un concepto agrio y despectivo de la humanidad.
Políticas que parecen inspiradas en rencores patológicos y en frustraciones inconfesables.

Joaquín Balaguer

En esta campaña electoral, convertida en pestilente estercolero por aquellos que dividen el país entre “ellos y los corruptos” y que insisten en pregonar la moral en su aberenjenada ropa interior, la presente administración, representada por sus dirigentes de mayor ascendencia, insiste en difundir una supuesta cercanía conductual con el líder histórico del Partido Reformista, el político mejor valorado por los dominicanos entre todos nuestros dirigentes, vivos o muertos, siempre de acuerdo a los resultados de los últimos sondeos de opinión de la firma encuestadora Gallup, publicados por el prestigioso matutino Hoy. Nos referimos, obviamente, al doctor Joaquín Balaguer, político y estadista sin precedentes en los fastos de la República. Al formular esta consideración nos asiste la convicción de que no exageramos.

Inescrupulosamente se desea resaltar para fines puramente electoreros las supuestas coincidencias entre las administraciones encabezadas por el doctor Balaguer y “capitalismo de amigotes” que han exhibido los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana.

El Partido Reformista, contrariamente a lo que se ha dicho, tiene desde hace tiempo su propia plataforma política y su propio programa y estilo de gobierno. La extraordinaria obra realizada por nuestra organización política, con el presidente Balaguer a la cabeza, durante seis períodos de ejercicio gubernamental es aval más que suficiente para que pueda presentarse ante la ciudadanía no como el partido de las promesas sino el partido de las grandes realizaciones.

El reformismo es sinónimo de un presupuesto manejado pulcramente y se publicaba cada mes, en los diarios de circulación nacional, una relación de los ingresos y los gastos de inversión del gobierno. Se detallaba la obra, el nombre del ingeniero y la partida asignada. ¿Pueden mostrar lo mismo las gestiones gubernamentales del PLD?

El reformismo significa un presupuesto nacional con el setenta por ciento de los ingresos asignados a gastos de inversión y solo un treinta por ciento a gastos corrientes. ¿Lo ejecuta así el actual gobierno?

El programa de gobierno del Partido Reformista y las ejecutorias del presidente Balaguer manejaban con suma cautela y prudencia el peligroso tema del endeudamiento externo. ¿Puede afirmarse lo mismo de los gobiernos peledeístas? Las grandes obras, como las presas, y sus canales de riego para la irrigación de miles de tareas hasta ese momento improductivas, las erigió el doctor Balaguer con lo que producía el Erario. Después de develarse los préstamos clandestinos con la compañía Sunland, ¿Qué pueden alegar los señores del gobierno en su defensa?

El doctor Balaguer y el reformismo emitieron los decretos que señalaban claramente los parques nacionales y las áreas protegidas. Después de las dunas de Las Calderas, así como los escándalos con terrenos costeros, ¿Dónde pondrán la cara los miembros de la actual administración peledeísta? El presidente Balaguer no era muy inclinado a los viajes al extranjero. En las contadas ocasiones en que lo hizo, le acompañaron el jefe del Cuerpo de Ayudantes Militares y un valido que le asistía ante su reconocida limitación visual. ¿Pueden mostrar la misma austeridad las gestiones gubernamentales del Partido de la Liberación Dominicana?

El doctor Balaguer y el reformismo le entregaron al país las Leyes Agrarias, una verdadera revolución social. ¿Puede mostrar algo de similar impacto en las grandes mayorías nacionales las gestiones de gobierno del PLD? El reformismo y el doctor Balaguer consolidaron con obras las áreas estratégicas de la República. Nos referimos a los aeropuertos y a las presas en su vertiente de fuentes de energía eléctrica, así como a los puertos y a las principales autopistas de nuestro sistema vial, en el entendido de que eran obras que le pertenecían al pueblo dominicano. Los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana entregaron como baratija a manos privadas y a “compañías de capital mixto” en cuestionables procesos de capitalización y privatización ese patrimonio de todos los dominicanos.

El reformismo y el doctor Balaguer defendieron la nacionalidad. La funesta reforma constitucional de 1994 tiene su origen en la intransigencia del doctor Balaguer para que se instalasen en el país campamentos de tropas extranjeras y en su decidida política migratoria. ¿Tiene alguna justificación la permanente ambivalencia de nuestras actuales autoridades sobre temas de tanta trascendencia como la nacionalidad dominicana?

Al tenor de lo expuesto, y ante una diferencia tan marcada en el estilo y en el fondo, constituye una necedad propia de sofistas resentidos insistir en el despropósito de resaltar lo imposible. Ellos tienen su propia historia y sus paladines a emular. Sería pertinente que los simuladores que desean engañar nueva vez al electorado nacional entiendan que el único hijo político legítimo del presidente Balaguer es el Partido Reformista Social Cristiano, pues así lo reconoce el pueblo dominicano. Después de tantos agravios, ultrajes e insolencias lanzadas en contra del doctor Balaguer y del reformismo, hasta el extremo de denominar su triunfo electoral en el año 1990 como “un poder usurpado”, no es posible que por simple conveniencia política y por puro interés electoral los reformistas permitan la simple comparación, pues el hecho mismo por si solo constituye una burla, un escarnio insultante a la figura política del doctor Balaguer y al verdadero reformismo histórico.

Debe recordar todo reformista que esas personas que hoy les ofrecen un regalo envenenado son los mismos que enviaron un contingente policial para llevar en calidad de detenido al presidente Balaguer en su primera gestión de gobierno. Ese contingente policial duró varias horas apostado frente a la casa del político y estadista en su vano intento por desconsiderarle.

Son los mismos señores que se negaron a considerar la designación de la Feria Internacional del Libro del año 2006, primer centenario del natalicio del insigne estadista, pasándole por encima, como es su costumbre, a los sobrados méritos del fundador de la Feria del Libro, prolífico escritor y siete veces presidente de la República, a quién ahora, por puro oportunismo en su versión mas denigrante, dicen considerar.

Hablamos de los mismos que no se han dignado cumplir y hacer cumplir la Ley 123-03, mediante la cual se designaba el parque Mirador Sur con el nombre del doctor Joaquín Balaguer. La fundación que lleva el nombre del extinto mandatario es la que está acondicionando el área de la Fuente de la Poesía y los que ahora desean mostrarse como supuestos imitadores no han tenido el menor interés en colaborar.

Debe tener presente el reformista y seguidor del doctor Balaguer que son las mismas personas que se niegan a poner en vigencia la ley 98-01, que creó el gran premio nacional de poesía doctor Joaquín Balaguer. Ese instrumento legal tiene 6 años de haber sido aprobado y promulgado. Los mismos simuladores que ahora expresan un supuesto reconocimiento se niegan a poner en vigencia dicha ley. Para ellos no importa, sencillamente otro incumplimiento más.

Los hombres y mujeres del Partido Reformista no estamos obligados ni a la transacción ni al compromiso. Tenemos nuestro candidato, Amable Aristy, y nuestra cita con la historia. Solo nos resta permanecer en guardia contra los demagogos irresponsables y contra los falsos innovadores que pretenden confundir al pueblo dominicano.

Continuemos unidos los reformistas siguiendo el ejemplo del doctor Joaquín Balaguer, quién nunca descendió de su pedestal de estadista de elevadas miras para conquistar prosélitos de otros partidos, sino todo lo contrario, respetó con rigurosos escrúpulos los partidos políticos que le eran adversos y a su militancia. Es decir, nunca se lanzó a la innoble tarea de apadrinar desafecciones, espectáculo que observamos ahora con repugnancia, por el oscuro mensaje que le adiciona a nuestra débil democracia.


No hay comentarios.: