martes, enero 29, 2008

Michael Rowan // Virilidad guerrillera

Servicios Google/El Universal, Caracas

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Los héroes de Chávez tomaron el poder por la violencia, no en elecciones

Algunos pueden pensar que es extraño que el intento de golpe del 4 de febrero de 1992 sea celebrado como el inicio de la revolución bolivariana en Venezuela y no el 4 de diciembre de 1998, cuando Chávez fue elegido presidente. Pero en realidad no tiene nada de raro. La verdadera guerrilla sabe que tomar el poder por la violencia ratifica una revolución trascendental, mientras que una elección pacífica no lo hace.

Los héroes de Chávez tomaron el poder por la violencia, no en elecciones. Eran hombres de mano dura que impusieron su voluntad a la gente y lideraron revoluciones. En 1959, Fidel Castro arrasó con la oligarquía corrupta y capitalista, derrotó a los estadounidenses en Bahía de Cochinos e impuso el paraíso celestial del comunismo al pueblo cubano. En 1968, el general Juan Velasco Alvarado les arrebató el poder a los hacendados adinerados, suspendió la Constitución y confiscó las corporaciones de EEUU. Se puede criticar a Castro y Velasco por hundir sus economías, pero no se les puede negar su virilidad guerrillera.

Chávez conoció a Velasco en Lima cuando estaba en la academia militar y se sintió fascinado. Más tarde intentó, infructuosamente, tomar el poder mediante la violencia. Al salir de la cárcel gracias a un indulto de Rafael Caldera en 1994, Chávez conoció a Castro en La Habana y fue agasajado. Luis Miquilena necesitó años para convencerlo de que tratara de ganar el poder en elecciones, pero después de hacerlo, en 1998, Chávez no tardó mucho en deshacerse de Miquilena porque éste le había convencido de que negara su virilidad guerrillera.

Sí, él ha arruinado la economía de Venezuela así como Velasco arruinó la de Perú y Castro la de Cuba. Sí, expulsó a los estadounidenses de Venezuela así como hicieron Velasco y Castro. Y sí, controla un partido de Gobierno, una ideología revolucionaria y un ejército que está en deuda con él, igual que Castro y Velasco. Pero cuando trata de dormir en la noche, lo que más le molesta es que no es un guerrillero viril que dirige una verdadera revolución porque llegó al poder por los votos y no por el purificador derramamiento de sangre del enemigo. Para que él pueda dormir mejor el 4 de febrero de 2008, los 26 millones de venezolanos deberían gritar "Patria, socialismo o muerte" tan alto que se pueda oír en Miami.

Michaelrowan22@gmail.com
Traducción: José Peralta



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