jueves, enero 24, 2008

Al día

De El Nacional, Vespertino Dominicano

POR JUAN JOSE AYUSO

Y 2.- Y otra vez al párrafo, para concluir con esta parte del análisis de la declaración y confesión del presidente y candidato Fernández del 27 de marzo del año pasado.

“Por formación y temperamento no tengo vocación mesiánica ni tampoco actitud de caudillo, pero hace dos años dos colosos de la política dominicana, Juan Bosch y Joaquín Balaguer, me hicieron una encomienda y me pasaron una antorcha para guiar los destinos de la República Dominicana. Hoy mantengo en alto esa antorcha que sirve para proteger el sueño de los dominicanos. Estoy conciente de que también llegará ese momento en que yo tenga que pasar esa antorcha a quien Dios haya escogido como mi sucesor, pero todavía ese momento histórico no ha llegado”.

¿A cuál de los dos “colosos” seguirá quien es hoy presidente, candidato, jefe de partido, cabeza de senadores y diputados (lo de “cabeza” no es eufemístico ni metafórico) y mandamás de síndicos y regidores (“el que paga, manda”)?

El primero, Juan Bosch, en 25 años de exilio y treinta en el país estuvo en el poder por siete meses y en la oposición por 51 años y pico.

Joaquín Balaguer, el segundo, estuvo 31 años de poder con Trujillo y 22 en 1966-1978 y 1986-1996. El primero, un poder tiránico antítesis de la democracia y el segundo, poder de sesgo neotrujillista definido como despotismo ilustrado. 53 años.

En su concepción de déspota, Balaguer entendió que el objetivo era alcanzar el poder y, continuista, mantenerlo a como diera lugar, a lo que se dedicó desde que logró con Washington la oportunidad de volver en 1965.

El fraude de la ocupación de 1965-1966 le permitió el poder en julio de 1966. En 1970 y 1974 se lo facilitó el fraude directo en las mesas electorales y en la Junta Electoral.

Una división en el Partido Revolucionario le permitió colarse, también mediante fraude, en 1986. Contra el mismo Bosch, ya éste en el Partido de la Liberación, estructuró el fraude que le permitió conservar el poder en 1990 y otra jugarreta le garantizó, en 1994, dos años de continuismo.

Aunque los cita como a “colosos”, el candidato y presidente Fernández, un político que se hizo en el poder, seguirá el ejemplo de Balaguer. “Saber gobernar es mantenerse en el poder”, postuló Bosch desde 1962 pero practicó Balaguer de 1930 a 1961, de 1966 a 1978 y de 1986 a 1996. El párrafo citado al principio no da lugar a duda alguna. Y ha demostrado estar dispuesto a todo con tal de seguir.

Para un ejercicio continuista de doce años primero y diez después, Balaguer contó con coyunturas de apoyo nacional e internacional –clase dominante y empresariado, estructura de fraude, Washington y Fuerzas Armadas.

¿Cuenta el presidente y candidato, para su proyecto reeleccionista de mayo venidero, con el apoyo de esas fuerzas o con el desprecio de lo que pudiera significar una decisión de la voluntad popular que no sea la que él espera y trata de condicionar?

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