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Un moscovita logra que internautas de todo el mundo colapsen el teléfono de un registro civil.
El joven se desquita de los errores y malos modos de la oficina pública.
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Todos conocemos bien la situación cuando nos llama alguien que se ha  equivocado de número. ¿Y si esto se repite decenas de veces al día? Este era el  caso del moscovita Serguei, de 27 años, que un día se dio cuenta de que su  número de casa había salido publicado en un folleto publicitario como el  teléfono de un registro civil de Moscú.
Nada de bromas. El pobre no podía ni  respirar por la permanente presión de los que querían casarse o divorciarse en  el registro civil del barrio Nagatinski de la capital moscovita. La confusión se  debió al hecho de que la operadora telefónica asignó al registro civil el mismo  número que a Serguei, aunque con un prefijo diferente. Pero por un error en el  folleto salió el número con el prefijo incorrecto.
Guerra sin  cuartel
Cuando Serguei llamó a la dirección del registro civil pidiendo que  subsanaran la equivocación, le contestaron que su problema les importaba un  pepino. Desesperado, publicó el pasado 15 de marzo un llamamiento a los  visitantes de un sitio web ruso para que todos llamaran al número del registro  civil preguntando por Serguei. "Para que sufran en su propia carne lo que yo  he sufrido en los últimos tres meses", dijo.
La campaña, bautizada como  La zona .ru contra el registro civil Nagatinski, ha batido todos los  récords de popularidad. Inesperadamente, millones de internautas apoyaron a  Serguei llamando al registro civil, cuyas actividades quedaron totalmente  paralizadas por una avalancha de llamadas: "¡Hola, quería hablar con  Serguei!". "Hola, hijo de puta, ahora avisaremos a la policía y te van a  localizar". "¡Adelante, les llamo desde Australia!". Se apuntaron los  usuarios de internet de habla rusa no solo de Moscú, sino también de otras  regiones rusas, de casi todas las antiguas repúblicas de la URSS e incluso del  extranjero.
Al cabo de cuatro días de una guerra sin cuartel, los  funcionarios, locos de contestar que "no hay ningún Serguei en este  número", capitularon ante la solidaridad de los internautas. Se pusieron en  contacto con Serguei para decirle que no solo habrá correcciones en el nefasto  folleto, sino que también cambiarán el número completo de su oficina para evitar  más equivocaciones.
Herramienta universal
El caso de Serguei ha puesto  de manifiesto el hecho de que para una gran parte de los rusos internet se ha  transformado de un instrumento rudimentario en una herramienta universal, útil  tanto para hacer compras como para organizar una campaña de ámbito nacional.  "Hay que crear una página web para atender casos semejantes, de gente cuyos  problemas o conflictos con las autoridades no tienen solución directa",  opina Igor, uno de los internautas que hizo causa común con Serguei.
El  número de usuarios de internet en Rusia aumentó un 10% en el 2006, hasta  alcanzar los 24 millones, según los últimos estudios de Romir Monitoring. De  esta forma, uno de cada cinco rusos tiene acceso a internet, casi el doble que  hace tres años. Además, el número de cibercafés se duplicó en el 2006, en el  marco de un programa gubernamental que prevé la instalación de 10.000  establecimientos en toda Rusia.
De compras por la red
Uno de cada dos  internautas rusos prefiere las compras on line a realizarlas en un centro  comercial. El más alto porcentaje entre ellos corresponde a los moscovitas de  altos ingresos, y las mercancías que se adquieren con mayor frecuencia son  libros y material de oficina.
Pero para los rusos internet es mucho más que  el comercio. Muchos intelectuales han encontrado un refugio en el espacio  virtual, en el que el anonimato está acompañado de un alcance mundial: los  blogs o cuadernos personales. Los rusos son el segundo mayor grupo de  bloggers de livejournal. com, un popular sitio con sede en Estados Unidos  que acoge estos diarios. Más de 800.000 de sus usuarios permanentes escriben en  el alfabeto cirílico.
Además, en ausencia de la prensa libre en la Rusia de  Putin, los autores de bitácoras siguen la tradición de los disidentes  soviéticos, que encontraron una tribuna en los samizdat, la publicación  clandestina de material contra las autoridades. "Ha nacido un nuevo tipo de  periodismo. Es un periodismo de opinión, a diferencia de un periodismo de  noticias", opinó la blogger Ana Paisova, de 28 años.
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