miércoles, abril 11, 2007

Periodismo ciudadano: reinventando la profesión

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El auge del periodismo “ciudadano” o participativo no amenaza el periodismo tradicional, pero sí le obliga a adaptarse a la nueva “revolución”.

Benoît Rapahël tiene 36 años y es periodista en el diario regional francés Le Dauphiné libéré. En febrero de este año, su diario lanzó Moncandidat.com, una página web interactiva que permite a los internautas una mayor implicación en la campaña para las elecciones presidenciales francesas. Apenas seis semanas después de su creación, la página registra entre 40.000 y 50.000 conexiones diarias. Rapahël, autor de un blog sobre el periodismo ciudadano, no se inquieta ante el nuevo fenómeno: los medios deben aprender a valorar la riqueza que generan estas contribuciones de los internautas.

¿Qué factores han propiciado este auge del periodismo ciudadano?

La prensa atraviesa en la actualidad la misma crisis que afecta a políticos y poder judicial. Los periodistas están muy cerca de los círculos de poder, conviven con ellos y se han asentado demasiado. Por otro lado, determinados miembros de la profesión se han encerrado en su torre de marfil y se niegan a reconocer sus errores, menospreciando la inteligencia de los lectores. Hoy en día, todos los sectores experimentan una mayor apertura a la participación. Si en política se intenta fomentar la democracia participativa -caballo de batalla de la candidata socialista a la presidencia de Francia, Ségolène Royal-, los medios de comunicación se giran hacia el periodismo ciudadano. Ahora bien, los internautas no pretenden sustituir al periodista, tan sólo quieren participar en el debate, expresar sus ideas y aportar información. El periodismo ciudadano nos obliga a los periodistas a reinventarnos.

¿Cuales son las principales dificultades a las que hacen frente las páginas interactivas?

La participación. Es necesario que se mantenga natural y espontánea. Hay que fomentar los comentarios, guiar al internauta, animarlo a expresarse. Se trata de un papel que la prensa local lleva tiempo desempeñando en relación a sus homólogos regionales. En moncandidat.com realizamos toda una labor de reformulación de textos y títulos. AgoraVox se presenta como un medio de comunicación popular pero la realidad es que la gran mayoría de las contribuciones provienen de periodistas, expertos o personalidades. Hay que asegurar la participación a todos los niveles.

Usted sostiene que periodismo y periodismo ciudadano no son términos opuestos. Sin embargo, por ahora la mayoría de los artículos en blogs y páginas de participación tiene más de opinión que de información...

La primera foto del tsunami de 2004 en Tailandia la tomó un ciudadano y 15 minutos después aparecía en un blog, antes incluso de que la información llegara a las redacciones de todo el mundo. Cualquier evento que tenga lugar aparece de inmediato en la red gracias a páginas como dailymotion, youtube, flickr. Sin embargo, la mayoría de las páginas de periodismo ciudadano no utilizan esta fuente inmediata de información, les falta espontaneidad. Los internautas no quieren aportar exclusivas, esto sigue siendo la labor del periodista; lo que buscan es aportar una visión diferente o sus propios testimonios. El papel que los medios deben desempeñar consiste en conectar con estas nuevas fuentes de informaciones para comprobar su veracidad y clasificarlas según su importancia. Los periodistas no deben temer por la desaparición de su trabajo, sino aprovechar y valorar esta riqueza informativa que están generando los internautas.

El informe Tessier, que se entregó en febrero al Gobierno francés, sugiere que se considere a estos “periodistas ciudadanos” con el rango de los corresponsales locales. ¿Cree usted que sería deseable remunerar a los internautas por sus contribuciones?

Es una buena pregunta que no dejamos de hacernos. No creo que haya que pagar a los internautas. Está claro que cualquier persona que colabore con un diario aportando una información, o como cronista habitual, debe recibir una retribución (cosa que sucede a veces en Francia incluso si no se trata de periodistas profesionales). Ahora bien, los periodistas ciudadanos no buscan remplazar al periodista profesional, sólo contribuir al debate, participar en la labor informativa, verificar la fiabilidad de lo que los periodistas les cuentan. Creo que el diálogo que imponen a los periódicos es sano. Pagarles significaría establecer distintas clases de periodistas ciudadanos, los consolidaría demasiado. Sería dejar de lado una hermosa revolución.

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