domingo, abril 15, 2007

Padrenuestro que estás en los cielos... y en Internet

GodTube surgió como la alternativa mística a Youtube, reuniendo videos de artistas cristianos, promociones espirituales y monólogos contra el evolucionismo en un mismo espacio virtual que, inquietante pero real, está en crecimiento acelerado.
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Por Julián Gorodischer
De Página 12, Ar.

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No más payasadas de gente común, ni fragmentos de películas o series favoritas, ni clips musicales que amenazan seriamente la hegemonía de MTV. El nuevo émulo de Youtube.com (el archivo de videos caseros más importante de Internet) pretende para sí el monopolio del espíritu, a través de una oda religiosa continuada que asume la forma de una propaganda para ir a la misa pentecostal o una escena alabada por el Vaticano de La pasión de Cristo, la película de Mel Gibson. Por esencia, GodTube es acrítico, omnirreligioso (no se reduce al culto católico), promocional (de misas, objetos, productos y creencias) y acorde con los tiempos. No habrá que esperar la revisión de los formatos clásicos de la fe. Al menos, no solamente eso: para renovar el aire, las bandas de rock cristiano conviven con monologuistas de un stand up místico, probando que la fe (o su comercio) se infiltró en todos los géneros del show.

En el origen de todo está el fanatismo del seminarista estadounidense Chris Wyatt, de 38 años, ex productor televisivo y empleado de una empresa de marketing cristiano; su planteo fue por la ampliación de los límites del sermón. Entonces, no sólo registró GodTube sino que lo abrió en tándem con un blog y un servicio de videochat y videomail de temática única. El flamante sitio presenta una estructura similar a YouTube (no exige estar registrado, pero sus materiales pasan por el filtro de un “Administrador”), de allí en más hay margen para un ministro evangelista que intenta comprobar la perfección de la creación divina mostrando las líneas aerodinámicas de una banana o un amplio catálogo de escenas de películas, de las menos polémicas, desde la de Gibson a El nacimiento, estrenada la última Navidad. La visita detecta algunos hits que tienden a repetirse: entre los más vistos hay decenas de monologuistas que oponen la evolución al creacionismo (el monotema por excelencia entre la comunidad evangelista norteamericana, según lo retrató con maestría el documental Jesus Camp, que pudo verse en el Bafici que terminó ayer). Y, también, la aplicación de una reflexión teológica a campos insólitos, como el mormón que lo utiliza para promocionar los beneficios del iPod o el cronista callejero espontáneo que, confrontado al grupo Kiss a la salida de un recital, cita el Evangelio para demostrar su satanismo.

¿Qué es el oxígeno? ¿Alguien lo vio? ¿Es una persona o una empresa? Eso es Dios, el aire que respiro... Así todo el tiempo. La arenga de los más vistos en GodTube frecuenta la punición de todo tipo de desvíos, en El daño de la cocaína en la embarazada, El problema del matrimonio gay y El daño de las raves, entre otros. GodTube se nutre en partes iguales de YouTube y de Wikipedia, la megaenciclopedia virtual, ya que permite “modificar el texto” y “reportar abusos”, como corresponde a almas especialmente sensibles. Según evalúa Times On line, “ya registra cientos de miles de visitas y estaría a punto de convertirse en un referente para los navegantes de Internet pertenecientes a la fe cristiana en todo el mundo”. Explícitamente decidido a misionar, Wyatt acaba de lanzar un concurso interno (Israel ahora y entonces) para aspirantes a directores de cine, cuya consigna es subir un video documental acerca de algún personaje del Antiguo Testamento. Tientan a participar ofreciendo al ganador y equipo de filmación un viaje a Israel de diez días.

Y más allá de la perorata institucional, comienzan las curiosidades, pequeños momentos para darse cuenta de que aún en el nicho temático hay un mundo. Allí están las imperdibles, como el grupo de cracks de béisbol que anticipa fragmentos de su película Campeones de la fe, donde revelan cómo su pasión por Jesús los ayudaba a ganar los juegos, en monólogos torpemente enunciados, pero insólitamente musicalizados por Bob Dylan. En el rubro de noticias, GodTube es la forma de enterarse de “acontecimientos” tales como el retiro de un Lenin crucificado y un Cristo McDonald’s de la exposición Arte prohibido de Moscú. Quien busque, podrá encontrar pequeñas piezas de colección de un reality amateur que logró (¿mediante celulares?) capturar la huida de la cárcel de un grupo de reclusos panameños que utilizaba los cantos evangélicos para tapar el ruido de la excavación de túneles. Un pequeño atisbo crítico se filtra en el video ¿Por qué GodTube es estúpido?, donde la batalla contra el sitio se subordina a la condición de fiel ultracristiano del monologuista, que no condena al sitio por su conservadurismo recalcitrante, sino por su no fidelidad a la ortodoxia religiosa.

Ricardo Montaner aprovecha, entre los latinos, para publicitar a sus artistas cristianos, en su nueva etapa de productor. Se destaca la cantante puertorriqueña Noemí Luz, cuyos hits “Palabra”, “Aleluya”, “Ciérrale la puerta” y “La gloria de Dios” señalan un rumbo a argentinos como Evangelium y Todopoderoso, con la particularidad de que esas bandas criollas varían la melodía pero no el sentido de las letras, en acercamiento imprevisto entre la balada y el heavy metal cristiano. “Por siempre te amaré/ Señor/ mírame/ ábreme la puerta una vez más”, reitera el hit “Asciendo contigo” de Evangelium. Sin embargo, el dominio de la música en GodTube es centroamericano, con Luz y un salmista llamado Luigi Castro, que con “Perdido en tu amor”, facilita un doble sentido que fuerza a interpretar ambiguamente su oda entre lo místico y lo romántico. Otro que se destaca entre los más vistos es el compositor guatemalteco Julio Melgar, en la misma sintonía híbrida, con “Palabra en acción”.

Mientras las iglesias evangélicas avanzan con ímpetu en España y en Estados Unidos, y el documental Jesus Camp demostró su arraigada relación con las cúpulas del poder político estadounidense, parece menos inocua y menos pintoresca la abundancia de consejos, curiosidades, artesanías para introducir la devoción “en tu vida” que van desde la confección de un Cristo de chocolate (promocionado en las calles de Nueva York, sacado a pasear por un artista ítalo-americano llamado Cosimo Cavallaro) o la masiva llegada a un público adolescente que promueve la intensa presencia en el sitio de videos de Third Day, con cuatro discos editados desde su primera aparición en YouTube, ahora trasladada a GodTube. Más potente que los discursos interminables de pentecostales crispados, y que las numerosas publicidades de misas latinas en Miami y Centroamérica, es la abundancia de souvenires y objetos decorativos alusivos que abarcan tarjetas cristianas de Pascuas y Navidad (con motivos infinitos), remeras con Cristos de color de piel, vestimenta, desnudez y fondos a elección del consumidor, servicios de diseño para un blog cristiano propio, un reproductor de MP3 cristiano cargado con música alusiva y con indicaciones de cómo conseguir de la buena, e innovaciones musicales como el género del Metalcore cristiano con la extrañeza que da la combinación de una letra melosa y un sonido aturdidor.

“Qué mejor manera de llegar a todo el mundo que por medio de Internet, y qué mejor formato que los videos on line”, justificó el creador de GodTube, cuya cruzada es reclamar el fin del pastoreo televisivo por un canje de soporte con resultados concretos. El grupo Witnesses dice que “nada los puede parar”, en oposición perfecta a la cantidad de videos sobre la historia del satanismo que reproducen siempre los mismos códigos visuales: introducción con subjetiva como en un tren fantasma, planos de calaveras y vampiros, voz en off sobre posesiones famosas ambientadas con fragmentos de La profecía.

En el plano de la concientización sobre el satanismo, reaparecen los mismos rostros de siempre: Kiss, el niño Demian, Marilyn Manson, condensando los emblemas remanidos y demostrando qué poco se renueva el panorama de rostros del mal en materia de consumo de cultura de masas. Todavía falta, tal vez por la novedad, la sofisticación de las producciones de YouTube, remitiendo aquí la performance al monólogo individual, innovando por tema pero no por la puesta en escena, acotando el impacto y la originalidad a los fragmentos de películas y series. Wyatt profetiza un imperio tan omnívoro como la expansión del conjunto de cultos que componen al sitio, que incluye al catolicismo, pero es dominado por la fe pentecostal. Suena inquietante cuando dice: “Prepárense: es una semilla que crecerá”.

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