Del Escritorio de Almonte-Rubiera
Oficina de Prensa Campaña MVM
Por Víctor E. Atallah
Una vez más el pueblo dominicano, llámese Santiago, Mao, San Francisco de Macorís, etc., el pueblo pobre, el que no tiene recursos, es aplastado por la furia de la naturaleza. Las alarmas, las alertas, los boletines, se oían frecuentemente, Olga viene, hay que cuidarse.
Los técnicos, a sabiendas del desastre pasado, de la ineptitud, del descuido de Noel, esta vez se preocuparon por que las alertas estuvieran en todos los medios. Alerta Roja para esta área, alerta amarilla para la otra.
Pero seguía el caos, oíamos en las estaciones de radio como con la tormenta inminente no se sabía acerca de las clases, de los horarios de educación, todo se perdía en alertas técnicas.
Oíamos recomendaciones de técnicos expertos en la materia sobre el manejo de las cuencas, presas de acuerdo a la precipitación que se estimaba, y al director del INDHRI, todo está en orden, estamos listos para Olga, todo está planeado y trazado. Personalmente mis oídos lo escucharon, estamos listos.
Oíamos recomendaciones de técnicos expertos en la materia sobre el manejo de las cuencas, presas de acuerdo a la precipitación que se estimaba, y al director del INDHRI, todo está en orden, estamos listos para Olga, todo está planeado y trazado. Personalmente mis oídos lo escucharon, estamos listos.
25 muertos, y contando, destrucción total, se pierden vidas, casas, empresas, plantaciones, comida, se pierde futuro.
Que los técnicos digan lo que digan, que haya politiquería o que no, el hecho es que de nuevo los ineptos que manejaron en Georges, Noel, y ahora Olga vuelven a meter la pata, y con ello acaban con medio país, sin que pase nada, sin que el presidente tome acción, no de llevar comida, de emitir bonos, de hacer obras que generen mas propaganda o comisiones, sino acción de someter a los culpables.
Por eso escribía en un artículo previo, cuando vivimos lo de Noel, que era momento de buscar culpables, pues si no, los mismos ineptos seguían en la dirección de algo tan vital como una emergencia, que quien garantizaba que en otra emergencia no pasara lo mismo, nunca imagine que fuera tan pronto, tan mortal.
Cada célula de mi cuerpo, se hincha de dolor; hasta cuando mi pueblo seguirá sufriendo. Pido justicia, prisión, repudio, para los culpables y que se compense a los afectados. Que se haga un debate público, pido a la oposición, al pueblo que por la razones que sea, políticas o no, lleven evidencias, muestren abiertamente los datos, para que estos sean castigados, incluso ante la prensa extranjera.
Estos técnicos mortales, asesinos, ineptos, producen más estragos que los fenómenos naturales, ya no hay alerta roja que valga, la peor es la Alerta Morada.
(El autor es medico-cardiólogo)
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