Por Miguel Guerrero / El Caribe
En los anales del mejor humor negro dominicano, quedarán registrados como dos invaluables joyas, dignas de concurso, las afirmaciones del representante de la firma encuestadora Penn, Bernard, Lion, perdón Schoen & Berland sobre la paternidad de la iniciativa del último sondeo de opinión hecho público por esa empresa dando al presidente Fernández una ventaja sobre los demás candidatos a la Presidencia.
A la pregunta de quién o quienes financiaron esa encuesta, el tipo se la lució diciendo que un grupo de empresarios. Estupendo.
Uno de los mejores chistes de la temporada. Pero después, en curiosa coincidencia con el homenaje presidencial a Sammy Sosa por el cuadrangular 600, el simpático señor la sacó por los 411 diciendo que era un regalo de la empresa al pueblo dominicano.
Tanta generosidad conmovería si hubiera podido explicar las razones por las cuales una empresa que cobra tanto por sus servicios de pronto se sintió motivada a despojarse de sus intereses para hacer pública una encuesta a seis meses de las elecciones, en un país que no es el suyo.
Si la razón, ya que en ella se le menciona, fuese un gesto de solidaridad con la tragedia provocada por la tormenta Noel, lo lógico habría sido que en lugar de una encuesta tan controversial, con números muy cuestionables, el valor económico del trabajo hubiese sido invertido en ayuda humanitaria, como alimentos, medicinas, colchones y agua potable, que tanta falta hacen en distintas comunidades.
Hasta la publicación de estas y otras encuestas muy similares, se tenía la equivocada idea de que este método de medición de popularidad servía para retratar una realidad presente.
Ahora vemos que las encuestas pueden también predecir el futuro.
Según la Penn, la reelección ganará en segunda vuelta y Estrella sólo obtendrá el uno por ciento. ¡Alabado sea el Señor!
Miguel Guerrero es escritor y periodista
mguerrero@mgpr.com.do
lunes, diciembre 03, 2007
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