JOSÉ LOIS MALKUN
Arthur Conan Doyle fue el escritor inglés que creó al famoso personaje detectivesco Sherlock Holmes, como también a su asistente y amigo el Doctor Watson. Cuando este fiel personaje emitía una opinión sobre una investigación criminal en curso, el arrogante Holmes le decía a su colega "elemental querido Watson".
Obviamente, el detective le demostraba con eso que ya él había sacado esa misma conclusión. Y uno se pregunta, ¿qué conclusiones sacaría este detective si lo contrataran para investigar la acción improvisada de desaguar en unas pocas horas la Presa de Tavera? Después de las primeras pesquisas, incluyendo la recopilación y análisis estadísticos de las lluvias caídas sobre la presa en 10 tormentas y huracanes ocurridos en los últimos 20 años, así como de otras fuentes externas que registran precipitaciones, como la NASA, Watson le diría a su amigo "hay que tipicar este acto insólito como un crimen aparentemente no premeditado, cuyos responsables actuaron con ignorancia y negligencia dada su incapacidad técnica".
Y Holmes le respondería, "elemental querido Watson; sin embargo, las motivaciones ocultas para cometer tal genocidio pueden estar más allá de esa simple premisa y de ser así hay que descubrir al verdadero culpable, ya que las apariencias engañan".
Pero el famoso detective, que siempre llega al fondo del asunto, cuando presenta su primer informe a las autoridades, le propone ampliar la investigación ya que todo parece indicar que esa acción pudo haber sido un crimen premeditado. Al final del referido informe, Holmes señala que es difícil suponer que todo se deba a la incapacidad de los responsables de manejar la Presa ya que eso carece de toda lógica, salvo que no sea un problema demencial.
Inmediatamente después de ese primer reporte, el Señor Holmes, que se hospedaría en un lujoso hotel de la capital, sería visitado por un personaje funesto y extraño, que le entregaría un jugoso cheque de diez cifras y le diría en tono dominante, que el país está muy agradecido de su colaboración pero que sus servicios ya son innecesarios.
Watson, al mirar el cheque, le dirá a su colega "creo que es una suma cinco veces mayor a la que acordamos en nuestro contrato y por lo que parece ya resolvimos el caso".
Holmes le responde "elemental querido Watson, el caso resultó más fácil de lo que esperábamos y podemos concluir que los verdaderos responsables de este acto criminal nos acaban de pagar muy bien para que nos vayamos rápido de esta isla salvaje antes de que nos lancen al mar Caribe".
Definitivamente, a este país no lo salva ni checheré. Hace apenas un mes y medio nos arrasó una tormenta tropical (Noel) de la que nadie fue informado. Y el mismo día en que todo se inundaba, miles perdían sus casas y cultivos y cientos morían ahogados por las riadas, el Gobierno de turno estaba inmerso en su campaña proselitista para apoyar la reelección. Reaccionaron 24 horas después de la catástrofe.
Ahora, otra tormenta mucho más pequeña (Olga), que fue anunciada con cuatro días de anticipación, produce tanto o más daños que la anterior. Y nuevamente, todo por la irresponsabilidad de estas autoridades. Por la incapacidad de esta administración que no logra tomar una correcta decisión cuando se trata de proteger vidas humanas o beneficiar el interés colectivo.
Y analizando de nuevo las encuestas después de Noel, uno se pregunta ¿será cierto que esta previsible catástrofe en el Cibao fue por esa incapacidad técnica de las autoridades? Porque lo cierto es que los reeleccionistas esperan ahora, así como sucedió con Noel, que esta nueva desgracia favorezca al Presidente Fernández, atrayendo votos de una región donde tiene un alto nivel de rechazo.
Estuvo bien que se nombrara una Comisión para investigar el caso de la Presa de Tavera, pero lamentablemente, en un país donde nombrar comisiones es simplemente dejar las cosas como están, esta negligencia criminal quedará impune. ¿Es esto elemental querido Watson?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario