La columna de Miguel Guerrero

Por Miguel Guerrero / El Caribe

Huchi Lora y los jueces del Tribunal Contencioso se merecen el título de “Personajes del año”. La decisión del primero de invocar las facultades que la Ley de Libre Acceso a la Información Pública le confiere a los ciudadanos para reclamarle a las instancias del poder público datos e informes sobre la forma en que se manejan los asuntos de Estado, y la sentencia de los segundos reconociéndole ese derecho en el caso de los ya famosos papeles del metro, revisten una importancia capital para el funcionamiento de los derechos ciudadanos y las libertades democráticas.

Se debió esperar seis meses por una decisión de la Suprema Corte de Justicia en torno a la instancia gubernamental que trataba de impedir la ejecución de la sentencia del tribunal contencioso que obliga a la Oficina de Ordenamiento del Tránsito Terrestre a entregar esos documentos al periodista Lora.Pero el rechazo de esa apelación por el tribunal supremo refuerza las garantías ciudadanas y abre nuevos espacios al ejercicio de esos derechos.

Cometerían ahora las autoridades un grave error si persisten en su obstinación de desacatar la decisión de un tribunal legítimamente constituido. Un error que podría erosionar la imagen misma de la administración, ya que fue el presidente Leonel Fernández, quien instara al director de la oficina del metro, en una reunión con directores de medios, a oponerse legalmente a la sentencia a favor del periodista, a pesar del hecho de que la misma ordenaba su ejecución, “no obstante cualquier recurso”.

Lo curioso es que este caso pudo haberle permitido al Gobierno beneficiarse de la iniciativa del periodista, porque la misma puso a prueba la efectividad de una ley de paternidad peledeísta, así como la tolerancia oficialista que en esta oportunidad demostró ser muy pobre.

Huchi Lora y los jueces del contencioso le han prestado un gran servicio a la nación.

Miguel Guerrero es escritor y periodista
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