La primera derrota fue en la opinión pública. Fue difícil hasta para los periodistas cercanos, apoyar la negativa a dar la información. La segunda,fue en el Tribunal Contencioso, Tributario y Administrativo y la tercera en la SCJ
Por Manuel Quiterio Cedeno / El Caribe
El presidente Leonel Fernández, el Gobierno y el propio Diandino Peña debieron en su momento entregar la información sobre el metro La Feria-Villa Mella y evitarse la decisión de la Suprema Corte de Justicia (SCJ) ordenando que se cumpla la sentencia que obliga a entregar la documentación solicitada por el periodista Huchi Lora.
Fernández es abogado, conoce la Ley General de Libre Acceso a la Información Pública aprobada en abril del 2004 y reglamentada posteriormente por decreto firmado por él.Sigo sin entender a qué estrategia política o de comunicación, responde el manejo dado por el Gobierno a la petición de información que hizo Huchi, porque era previsible que a menos que se manipulara la justicia, con la citada ley era muy difícil sacarle el cuerpo al tema.
Conociendo esto ¿por qué colocar al Gobierno en la incómoda posición de la derrota? Lo cual no tiene sentido ni en política ni en comunicación.
La primera derrota fue en el escenario de la opinión pública. Fue difícil hasta para los periodistas cercanos, apoyar la negativa a entregar la información.
La segunda derrota fue en el Tribunal Contencioso, Tributario y Administrativo que falló el 27 de abril ordenando entregar toda la información requerida en relación con los estudios geológicos hechos para la obra.
La tercera derrota fue ayer cuando el presidente de la Suprema Corte de Justicia informó que el tribunal había rechazado la solicitud de suspensión de la sentencia que ordena la entrega de la documentación a Huchi.
La excusa esgrimida por el Gobierno era que publicar la información afectaría la seguridad del Estado, que es una de las limitaciones al libre acceso a la información previstas en el artículo 17 de la ley.
Sólo un anormal podría creer que la divulgación de los estudios geológicos y otros documentos de ingeniería puede poner en riesgo la seguridad del Estado o del metro.
Los terroristas que volaron el Madrid y llenaron de gas venenoso el Tokio, no necesitaron el mapa que entregan en las estaciones del metro en esas ciudades, a todo el que lo pide.
Frente a esas derrotas innecesarias, está la primera gran victoria de la sociedad por la vigencia de la Ley General de Información Pública.
Manuel Quiterio Cedeño es periodista
sábado, diciembre 08, 2007
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