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Juan D. Cotes Morales -
Cuando se anunció que Milagros Ortiz Bosch volvía al laborantismo político como activista del candidato Miguel Vargas Maldonado, pensé que esa reiterada actitud es una atrición forzada que la convierte en relapsa.
En el doctor Suberbí no es tan notorio porque ese ha sido su comportamiento de siempre.
La mayoría del PPH, algunos perredeístas, Milagros, Fello y los vicarios del sector externo con todas sus fótulas están haciendo la jarrita con Miguel. Y pensar que pregonan y presumen de todo lo contrario.
Y hasta alegan estarse sacrificando para hacer un trabajo profundo para que se asimile al candidato porque su mayor dificultad estriba en su parquedad, opacidad y falta de carisma, toda vez que él no es el líder del partido, que es donde realmente está su mayor dificultad.
Miguel es un hombre, digno de todo lo mejor. Muy apreciado por su probada honradez personal y política, reconocida durante los muchos años que ejerció como Secretario de Finanzas del PRD, por tanto, recaudador de las muy altas y considerables sumas de dinero que tanta gente aportó siempre por todo y para el incuestionable Peña Gómez.
Mientras estuvo como Secretario de Estado de Obras Públicas y Comunicaciones, lo que hizo fue sacrificar su tiempo y muchos recursos para que el país se luciera como anfitrión en los Juegos Panamericanos. Y así fué, por lo menos para el gobierno del PPH y para José Joaquín Puello, que terminaba honorablemente el más brillante liderazgo deportivo que hemos tenido y que puede igualarse al de Wichy García Saleta.
Miguel fue la mano amiga, el consejero, consolador y caja chica de todos los aspirantes a cargos electorales, pijiriguas, jefes de tendencias y pepeachistas de toda laya y pelambre hasta que muy merecidamente él quiso ser Síndico. Ahí mismo lo llenaron de oprobios e iniquidades hasta cuestionar la procedencia de su patrimonio.
En la ocasión Milagros y Fello estaban ahí. Nada hicieron. No lo defendieron ni lo ofendieron y, finalmente, para terminar con ese abracadabrante comportamiento, el gigante Peña Gómez invalidó la convención y se presentó como candidato a Síndico.
Para Milagros Ortiz, su humildísima carrera política aspirando a la presidencia de la República, ha sido una lucha sostenida por la consigna de “vergüenza contra dinero”. La posología del placebo. Así se presentó a la convención que la derrotó y que eligió a Miguel. Ahora vuelve al trillo que es lo que realmente sabe hacer.
Frente a Miguel Vargas Maldonado ni Milagros, ni Fello ni nadie puede hacer la jarrita, pues Miguel no acepta que nadie pague nada por él.
miércoles, diciembre 26, 2007
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