POR LEANDRO GUZMAN
En algunas ocasiones, cualquiera piensa que el Presidente venezolano Hugo Chávez no tiene control sobre sí, pues mientras por un lado despierta admiración con medidas nacionalistas y de solución a los problemas sociales, por otro las echa al suelo al pelear con todos, incluso con sus partidarios.
Se ha peleado con Estados Unidos, con México, con Francia, con Colombia y con la Iglesia Católica de Venezuela, a veces con insultos impropios de un Jefe de Estado, como ocurrió en Chile en una reunión de Presidentes y Jefes de Estado donde provocó la irritación del Rey de España, con razón o sin ella.
Tras el Referéndum en el que la oposición le infringió la primera derrota por un pequeño margen, el Presidente no ha cesado de sus aspiraciones continuistas con poderes ilimitados, lo que contradice el espíritu democrático que dice defender.
Hay que convenir, sin embargo, en que los logros sociales auspiciados por Chávez constituyen una realidad, lo que le ha granjeado simpatías a nivel latinoamericano y mundial, especialmente entre aquellos que aspiran a una mayor justicia social y mejor distribución de la riqueza. Esos logros se reflejan en el ascenso social de gente que jamás pensó en que podría mejorar su situación y calidad de vida, razón por la cual apoya a Chávez, dirigiendo la mirada a otro lado cuando se les ponen vías antidemocráticas para conseguir tales conquistas.
Es posible que el alto nivel de abstención en el pasado Referéndum, calculada en más de un 40 por ciento, se debe al natural temor de muchos que, aunque apoyan a Chávez , tienen miedo a la palabra socialismo, que si bien es cierto que da énfasis a la salud, la educación y la cultura, no es menos cierto que restringe en gran medida las libertades democráticas. No sólo de pan vive el hombre.
Otros temen llevar la contraria a las ideas de la Iglesia Católica, porque son cristianos de corazón. Chávez ha criticado a esos abstencionistas, entre los cuales afirma hay muchos que simpatizan con él, pues entiende que debieron por votar por el Sí.
Entre los sectores pobres que han sido beneficiados por las medidas de Chávez, hay grandes núcleos que aspiran a ascender social y económicamente, a base de su preparación, algo que es difícil lograr bajo un sistema socialista, donde el Estado decide todo. Una parte de quienes la logran, generalmente se suma a la fuga de cerebros.
Es claro que la abstención fue determinante en el triunfo del Sí, que ganó casi con la misma votación que perdió en las elecciones presidenciales.
El hecho de que Chávez haya aceptado la derrota sin chistar, crea confusión, por la actitud de Chávez, al despreciar olímpicamente a casi cinco millones de venezolanos que votaron por el No. y calificando ese triunfo como “una victoria de mierda”.
La oposición tiene que tomar en cuenta que el haber triunfado en el referéndum no significa que todo será así en el futuro, porque Chávez destinará gran parte de los recursos petroleros a favor de los venezolanos más pobres, lo que se refleja en la consolidación de una gran base social a su favor.
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