lunes, diciembre 03, 2007

Rufino de la Cruz (2)

Por César Nicolás Penson / El Caribe

Vecinos del sitio de la carretera la cumbre-tamboril dijeron que a las 7:30 p. m. escucharon un fuerte ruido producido por el jeep echado a rodar al precipicio. versiones dan cuenta que fueron asesinados en otro lugar

Ciriaco de la Rosa asesinó a Patria; Alfonso Cruz Valerio, a Minerva; Ramón Emilio Rojas Lora, a María Teresa, y el mercenario cubano Emilio Estrada Malleta a nuestro Rufino de la Cruz, mientras Néstor Antonio Pérez Terrero quedó vigilando el lugar. De la Rosa narró, sin inmutarse, la forma horrenda como materializaron el múltiple asesinato.

La presencia del capitán EN Alicinio Peña Rivera, jefe regional del lúgubre Servicio de Inteligencia Militar (SIM), indica la importancia de la llamada “Operación Cumbre”.

Algunos aseguran que fueron asesinados dentro de la casa de Trujillo y otros que fue en un cañaveral cercano, pero coinciden que con garrotes de madera golpearon los cráneos de los detenidos.

El doctor Pedro F. Nicasio Checo, médico legista actuante, al desaparecer la dictadura hizo público su verdadero dictamen.

Fueron golpeados hasta perder el conocimiento y luego estrangulados, colocando los cadáveres dentro del Land Rover y arrojados por un precipicio para simular un accidente. El propio Nicasio Checo indicó que las heridas producidas por el despeñadero no sangraron, señal de que habían muerto al menos una hora antes del “accidente”.

Los cadáveres fueron llevados al hospital José Ma. Cabral y Báez, en Santiago, donde el día 26 la hermana sobreviviente, Bélgica Adela (Dedé), pasó por el desgarrante dolor de identificar los restos de sus tres hermanas y al conductor, amigo, empleado o colaborador, que yacían: Patria y María Teresa en una camilla y Minerva y Rufino en otra.

Decapitada la dictadura trujillista, fueron llevados a juicio los autores materiales y sus cómplices, Johnny Abbes García, jefe del SIM; Cándido Torres Tejada, jefe de Operaciones; Víctor Alicinio Peña Rivera, jefe de la zona del Cibao; Silverio Ant. Gómez Santana, Viterbo Álvarez (Pechito), Pedro Peña Ortiz y David Olivero.

Los principales fueron condenados a 30 años, que nunca cumplieron. Corresponde a todos los dominicanos enmendar ese error histórico.

Honrar el nombre de Rufino de la Cruz con algún municipio, calle o zona, dignificar su tumba y mejorar las condiciones de vida de su única hija, Miledys, proporcionándole vivienda digna y otorgarle una apropiada y merecida pensión.

Seamos justos y agradecidos con los que contribuyeron de forma alguna a restaurar la libertad y la democracia dominicana.

Quedan catorcistas, que más que vivir vegetan, transitando hacia el encuentro con la muerte definitiva -que termine con el olvido y la ausencia de agradecimiento de esta sociedad- esperando dignas pensiones del Estado, a 47 años de su aventura patriótica.

César Nicolás Penson Paulús es empresario
cesarpenson@gmail.com

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