POR RAMÓN SANTOS
SANTO DOMINGO, (EFE).- El Presidente dominicano, Leonel Fernández, que aspira a reelegirse por otro cuatrienio, inicia el último año de su actual gestión con el reconocimiento a su desempeño económico pero con una fuerte erosión en su credibilidad política, consideraron hoy analistas locales.
En tres años de ejercicio, Fernández logró la estabilidad macroeconómica y niveles de crecimiento de dos dígitos, que, aunque lograron el aplauso de los organismos crediticios internacionales, no han causado el mismo efecto en los sectores más necesitados, quejosos de la subida en los precios de artículos de consumo masivo.
“Fernández enfrentó con éxito el descalabro económico del anterior gobierno, elevó las reservas líquidas internacionales y redujo considerablemente los niveles inflacionarios”, dijo hoy a Efe Juan Bolívar Díaz, periodista y analista político.
La llegada del gobernante al poder trajo consigo la estabilidad en el mercado cambiario, mientras la baja en las tasas de interés atrajo la inversión de capitales, a pesar de la subida en la factura petrolera.
“Pero el declive de la gestión de gobierno inició con una impopular política tributaria, que produjo tres reformas en algo más de dos años, y que además elevaron el presupuesto nacional de 89.000.000 millones de pesos (unos 2,6 mil millones de dólares) en 2003 hasta los 267.000.000 millones de pesos (8,09 mil millones de dólares) del año pasado”, precisó Díaz.
El analista también citó el aumento del déficit del Banco Central, causado por la emisión de certificados y bonos, así como la inversión en la construcción del polémico metro de Santo Domingo, un proyecto impulsado personalmente por Fernández.
A juicio de Díaz, lo que más se le cuestiona al mandatario dominicano, que ya gobernó el país en el período 1996-2000, es la diferencia entre su discurso “moderno” y “progresista” y un accionar similar al “viejo” estilo utilizado por el ex dictador Rafael Leónidas Trujillo y el ex presidente Joaquín Balaguer.
“Los afanes por la reelección (de Fernández) iniciaron apenas a la mitad del período (2004-2008), con la imagen del presidente inaugurando obras bajo consignas de continuismo, y que hace temer por un desbordamiento (de los recursos del poder) en la campaña para las elecciones (generales) de mayo próximo”, razonó el periodista.
El sólido liderazgo de Fernández fue seriamente cuestionado tras el éxito alcanzado por una huelga general de 24 horas en julio pasado, que paralizó prácticamente el comercio y el transporte.
Fernández también enfrenta dentro de su partido una inédita lucha con su ex hombre de confianza, Danilo Medina, que le retó en las primarias y que luego de ser derrotado se resiste a integrarse a la campaña por la reelección, al hacer gala de su importante peso político dentro del oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
Sectores locales también alertan sobre la “escandalosa" corrupción administrativa, y lo que muchos tildan como “islas” de poder representadas por influyentes funcionarios públicos.
“El gobierno de Fernández tiene 'luces' y 'sombras' que serán sopesadas por la población a la hora de evaluar su gestión”, afirmó, por su parte, Orlando Gil, un columnista local.
Para el analista, el gobierno ha mantenido la economía en niveles “aceptables”, pero no han dado un “buen manejo” a algunos acontecimientos producidos en los últimos tiempos.
Además, Gil consideró “débil” a la oposición política en el país.
Las elecciones generales de mayo próximo suponen el enfrentamiento entre la candidatura de Fernández y la del mayor opositor Partido Revolucionario Dominicano (PRD), cuya boleta encabeza Miguel Vargas Maldonado, un acaudalado hombre de negocios y ex ministro de Obras Públicas del gobierno anterior. EFE
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