Del Listín Diario, Matutino Dominicano
SONDEO
Luis Encarnación Pimentel -
La clarinada de Miguel Cocco sobre el tema de la corrupción, al margen del color que se le dé y del filo que se le quiera sacar, no ha caído en el vacío. Por el contrario, lo ha puesto en el tapete y lo ha convertido en elemento obligado de discusión y debate, por lo menos en sectores sensatos y preocupados por un mejor destino de la sociedad dominicana. El hecho de que el tema de referencia no figure en las encuestas, entre los primeros en la preocupación de los dominicanos, pone de manifiesto que ha sido la seriedad y la reciedumbre moral de la figura que ha hecho el planteamiento público lo que ha influido para que otras personalidades, como el doctor Bidó Medina, el empresario César Nicolás Penson y algunos obispos se hayan identificado y hechos suyos los pronunciamientos de Cocco. Partiendo de eso sólo, ya se trata de un gran aporte al país y a su propio gobierno.
Lo primero, porque entra a juego un elemento cardinal en la vida de la nación, y que aunque recurrente en el tiempo y en los gobiernos, esta vez no parece figurar en el interés ni en el discurso de los candidatos presidenciales (Eduardo Estrella, que se reúne hoy a las 11 con Hatuey en la Internacional Socialista, por lo menos desde el PRSC no pudo aplicar la “revolución moral” que ofertaba). En el caso del gobierno y particularmente del presidente Leonel Fernández, Miguel ¿coincidencia, sólo eso, entre él y el doctor Bidó Medina? le ofrece una magnífica oportunidad o le tiende un puente de plata al jefe del Estado y del PLD para que produzca los “movimientos” o cambios que considerare de lugar el 16 de agosto en el equipo gubernamental, sobradamente sugeridos y considerados necesarios por distintos sectores nacionales.
En otras palabras, Cocco ñ y con él todo el que se ha identificado con su pronunciamiento ñ le ha puesto en las manos al doctor Fernández la mejor excusa para que mande para su casa a todos los funcionarios que se le ocurra. ¿Habría que salvar, sin embargo, el dilema de una que otra “vaca sagrada” que parece darse en todos los gobiernos?. Aun así, Miguel y Bidó y los demás le han dado una muy buena excusa (?). Porque, a fin de cuentas, el Presidente, que ya cumplió con toda esa gente, es el que más tiene que perder y no debe exponerse a que le cobren deudas de otros. Hay un riesgo, sin embargo: Que al entrarse en campaña por la repostulación, se entienda que alguna gente a quitar “es la buena para hacer el trabajo” y que entonces el “cambio” sea a la inversa, afectando a buenos funcionarios (¿).
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