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Pese a ser miembro del Comité Central, Diandino tiene el mérito de no pertenecer a la dirigencia rancia del PLD, además de que tiene muy buenas relaciones con reformistas, sindicalistas, empresarios, iglesias y deportistas.
Por Namphi Rodríguez
¿Cómo convertir una debilidad en fortaleza? Es una pregunta que deberían hacerse los peledeístas al momento de abordar el tema de cómo manejar el disperso sector externo que se aglutina en torno a la candidatura del presidente Leonel Fernández.
Pese a que la figura del mandatario y candidato a la reelección presidencial despierta una diversidad de adhesiones fuera del PLD, esa organización política no le ha prestado la atención que amerita al llamado sector externo, sino que mantiene una actitud de recelo que en nada ayuda a su candidato.
El espacio logrado en el gobierno por los grupos externos se debe más que a una línea del partido, a una relación personal con el presidente Fernández. Pese a esa realidad, Leonel ha conseguido nuclear en torno a su propuesta de gobierno a liberales y conservadores que en el pasado fueron sus adversarios políticos.
Además de esa realidad, el mandatario ha sido el beneficiario directo de los desmembramientos del Partido Reformista Social Cristiano y ya se cuentan por lo menos tres grupos que en medio de la estampida cierran filas con la reelección.
A este escenario hay que añadir la actitud de gran parte de los electores de hoy, que no manifiestan gran interés en atarse a los partidos y a sus rencillas intestinas, sino que en cada elección buscan espacio en las periferias de los proyectos políticos con verdadera vocación de poder.
Si tomamos en cuenta todos estos factores, lo cierto es que el sector externo es un eje de trabajo político muy importante en la configuración de la actual campaña electoral.
Más aún, cuando se tiene presente que Miguel Vargas Maldonado, el principal adversario de la propuesta del presidente Fernández, ha presentado un equipo externo dirigido por un hombre del prestigio personal y la experiencia profesional del doctor José Joaquín Puello.
Ya Puello ha realizado ese trabajo en el pasado para el ex presidente Salvador Jorge Blanco, a quien le dirigió la llamada “Avanzada Electoral”, logrando que el ex presidente perredeísta ganara las elecciones de 1982 con uno de los índices de votación más altos de las elecciones hasta entonces.
Toda esta situación obliga a la dirigencia del PLD a focalizar bien su estrategia hacia el sector externo, a fin de captar un buen amasijo de votos para la candidatura del presidente Fernández.
La persona que se coloque, entonces, como enlace entre el partido y las fuerzas externas debe reunir cualidades políticas, personales y de tenacidad excepcionales.
Por esa razón, la mejor elección que se pudiera hacer para ese trabajo sería la escogencia de Diandino Peña, reconocido en los círculos políticos por sus dotes de “armador”, hombre tenaz, laborioso y discreto.
Pese a ser miembro del Comité Central, Diandino tiene el mérito de no pertenecer a la dirigencia rancia del PLD, además de que tiene muy buenas relaciones con reformistas, sindicalistas, empresarios, iglesias y deportistas.
A esas condiciones hay que agregar la temperancia y disciplina personal que les son propias, las cuales le han ganado buen prestigio profesional y como funcionario público.
Claro está que todo esto tiene algún valor, si en el ánimo de la dirigencia del PLD no se aposenta un excesivo síndrome de triunfalismo que le haga perder de vista estas cosas que parecen “obviedades”.
Namphi Rodríguez es periodista y abogado
miércoles, agosto 08, 2007
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