sábado, agosto 04, 2007

La Academia de Ciencias y el suicidio intelectual

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El doctor Moreno-Ceballos es un dedicado profesional al servicio de la ciencia. Y dentro de sus principales actividades están las de estudiar el suicidio en todas sus formas.

Etzel Báez - Cineasta dominicano
Me van a querer matar, pero es lo que pienso.

La doctora Amparo Chantada no es miembro, hoy, de la Academia de Ciencias de la República Dominicana. Las razones, motivos o justificaciones están ahí.

Hace más de 15 años que la conozco y nos une la lucha ambientalista (aunque soy más radical que Chantada pues asumo una posición ecofascista).

Conozco al doctor Nelson Moreno-Ceballos a quien se le lanzan todos los dardos con razón o sin ella por defender el derecho de la Academia de Ciencias para continuar con su principal deber, el de existir inteligentemente. Me precio de ser su amigo y por eso escribo este artículo en esta hora en que se le cuestiona, se le sacrifica y se le calumnia.

Creo que llegó el tiempo de retirar del altar a quienes de manera heroica luchan por los derechos de este pueblo, pues corremos el riesgo de convertirlos en santos y por lo tanto intocables. Pienso en esto todos los dias, desde hace algún tiempo. Creo que estamos colocando a muchas personas en el altar convirtiéndolos en líderes, en mitos, seres intocables, y ¡ay! de quien les critique

Antes de continuar, aclaro que al contrario de Chantanda y de Moreno-Ceballos, yo no pertenezco a ningún grupo oficial o de oposición, gubernamental o civil. Ellos se deben a las instituciones a las que pertenecen. Yo me debo a mi mismo. Entonces puedo opinar abiertamente.

El doctor Moreno-Ceballos es un dedicado profesional al servicio de la ciencia. Y dentro de sus principales actividades están las de estudiar el suicidio en todas sus formas.

Es un buen hombre. Modesto. Se pasa la vida leyendo, anotando, investigando, planeando. Mientras su generación se iba a la calle a enfrentar al monstruo, él lo estudiaba para entenderlo. Por eso, con el tiempo y la dedicación a los estudios, Moreno-Ceballos se convirtió en un sólido intelectual. Dispone de un superávit científico para entender los procesos históricos y sociales.
Es el tipo de persona que nunca se suicidaria intelectualmente. Nunca se entregaría a la mediocridad. No es alguien que un mal día comienze a alejarse de las personas porque no pueda convivir con nadie. No carece de la falta de imaginación que los políticos de nuestros partidos exhiben.
El hoy presidente de la Academia de Ciencias, estoy seguro, tiene un plan para esa institución. Estoy plenamente convencido que su interés es fortalecerla en todos los sentidos para que dispongamos de un espacio donde se debatan los asuntos sin importar banderia política o intereses.

Su principal batalla, ahora, es combatir a los sofistas –entiendo yo. Y con ello combatir a los suicidas intelectuales.

Creo que es una lucha auténtica pues la izquierda dominicana peca de sofismos; la atrofia intelectual de la izquierda tiene como consecuencia una hipertrofia de la inteligencia práctica. Talvez por eso existan tantos “izquierdistas arrepentidos”.

Como se verá, nuestra intención no es la de insinuar que la doctora Chantada no merecía continuar en la Academia de Ciencias. Creo que en su caso, no hay derecho superior a la verdad. Creo que es necesario mantener un equilibrio para mantener a salvo a esa institución y a todas las que les ha costado a este pueblo crear y mantener.

Es la paradoja de nuestra época; nos vemos obligados a afirmarnos diariamente a la luz del día, por la simple razón de que no hay otro remedio para las confusiones de nuestro tiempo.

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