miércoles, agosto 15, 2007

"Credibilidad, el mejor negocio para los medios de comunicación”

Servicios Google/abc digital, Asunción, Paraguay,

Osmar Gómez Román

James Rowe (59), periodista durante 35 años en el prestigioso diario norteamericano The Washington Post, donde vivió de cerca el famoso caso Watergate que terminó con la renuncia del presidente Richard Nixon, en agosto de 1974, estuvo de visita en el país invitado por el Foro de Periodistas Paraguayos (Fopep), para brindar una serie de charlas sobre ética y nuevos desafíos para el periodismo. En una larga y amena entrevista concedida a nuestro diario, entre otras cosas, aseguró que el mejor negocio para los medios de comunicación es la credibilidad y dejó en claro que los avisos publicitarios no deben condicionar de ninguna manera la información. Insistió en que un periodista debe ser terriblemente honesto a la hora de informar y no contaminar las noticias con opiniones personales.

-Como se hace un buen periodismo en el siglo XXI?

-Esa no es una cuestión fácil de responder. A diferencia de los 70, el mundo se ha vuelto muy complicado y ser periodista hoy tiene sus dificultades. Creo que uno de los caminos para enfrentar estos desafíos es entrenarse permanentemente e ir formándose en diversas áreas, ya que no necesariamente los periodistas deben ser generalistas. Claro que eso no es fácil en países pequeños porque demanda pagar buenos salarios, lo que no siempre es sencillo.

-¿Debe haber un compromiso de periodistas y dueños de medios?

-Yo creo que sí. El negocio de los dueños de medios es ganar dinero dando noticias, ellos deben saber y reconocer que el mejor negocio para los medios de comunicación es la credibilidad que se refleja en una información honesta, completa y creíble que se entrega a los lectores que finalmente son el motivo final del trabajo del periodista. Pero aparte de eso hay una cuestión que los medios escritos deben resolver y es cómo hacer frente a los medios electrónicos. Hoy ese es un problema real en los EE.UU. y en muy corto tiempo creo que también llegará con más fuerza a los países de Latinoamérica. El punto esencial es descubrir cómo hacer que, así como los medios escritos generan dinero en cantidades importantes, los sitios electrónicos también lo hagan.

-¿Los medios escritos van a sobrevivir a esta transición?

-Esa es una buena pregunta y difícil de responder, yo creo que sí, creo que los diarios van a encontrar una salida que quizá sea especializarse más en áreas específicas y acercarse aún más a las necesidades de la gente.

-En ese contexto de sobrevivencia también se plantean los dilemas éticos. En su opinión ¿cuál es la mejor manera de enfrentar ese desafío?

Es fundamental mantener los estándares éticos. Yo creo que el periodismo, así como los lectores y anunciantes, son esencialmente iguales en todas partes, por eso creo que acá como en EE.UU., a la hora de informar debemos ser precisos, profundamente honestos y presentar la información de la manera más inteligente posible. Una segunda cuestión es que debemos mantener muy clara la línea entre los que son los negocios y lo que es informar. Creo también que la misión del periodismo, que es controlar al poder, es igual acá, en Europa así como en EE.UU. y que la única diferencia entre los diarios de Paraguay y EE.UU. es que allá son más grandes y que hacer periodismo es quizá más fácil en Norteamérica que en Sudamérica. Creo que en los países de Latinoamérica es más difícil hacer periodismo, pero aun así debemos reconocer que son fundamentales para avanzar en el proceso democrático de las naciones.

-Usted decía en una de sus charlas que para tener buenos periódicos es esencial tener buenos dueños de medios; ¿a qué exactamente se refería?

-Realmente esa es una frase de Ben Bradley (director del Washington Post entre los años 1968 y 1991) que yo comparto. Una vez cuando le preguntaron cómo hizo para mantener al Post en los duros tiempos de Watergate (la investigación periodística que forzó la renuncia del presidente de los EE.UU, Richard Nixon, el 8 de agosto de 1974), se limitó a decir que el periódico tenía buenos dueños. Creo que los buenos dueños son esenciales para tener un buen periódico, porque deben proteger a los periodistas de las presiones, mantenerlos aislados, saber decir no ante ellas y apoyar a sus periodistas en los tiempos difíciles. Cuando hay buenos dueños de medios es muy difícil que haya malos diarios.

-Pero eso debe estar acompañado también por periodistas que tengan estándares éticos.

-Sí. Hacer periodismo nunca fue fácil. Siempre es difícil; pero el mejor camino es poner reglas éticas claras para todos y eso debe estar apoyado por los dueños de medios. Si bien siempre se tuvieron principios éticos, desde el 2004 en el Washington Post se tiene resumido en una especie de libro un código de ética abierto al público y que se cumple rigurosamente, porque muchas veces no basta con tener solo buenos dueños.

-Mantener esos estándares en países pequeños donde el mercado de anunciantes es muy pequeño y se depende mucho de la publicidad estatal no es fácil para los medios.

-En los últimos dos días estuve mirando su diario, ABC Color, y me impresionó la importante cantidad de avisos clasificados que tenía. Eso es muy importante porque son los mejores avisos. Los periódicos nunca deben vender sus espacios informativos porque su capital es dar una información completa, honesta y no contaminada con opiniones o sesgos. Los lectores aprecian mucho eso.

-Pero muchas veces el Gobierno trata de usar los avisos para presionar a los medios.

-Yo creo que es esencial mantener siempre las cosas por separado de manera que los anunciantes no quieran presionar sobre las páginas informativas. Es fundamental mantener la seriedad y la responsabilidad en los medios, más allá de todo. No se debe transigir por avisos por más que eso signifique perder mucho dinero en ese momento. Uno tiene que ser capaz de decir, si quieres puedes poner tu aviso, nosotros te aseguramos honestidad, pero bajo ningún sentido hay que dejarse presionar o condicionar por los avisos dejando de hacer un buen diario. A la larga eso tiene sus resultados. Reconozco que en países pequeños donde la publicidad es escasa, tal vez sea un problema tomar este tipo de decisiones, pero quizá la salida sea no depender de la publicidad estatal de manera a hacer un buen trabajo ejerciendo el control que corresponde sobre el Gobierno.

-¿El mejor negocio para los medios es la credibilidad?

Sí, sin lugar a dudas es el principal capital que tienen. El mejor negocio de los medios de comunicación es la credibilidad, porque eso le supondrá un retorno económico porque los anunciantes y la sociedad reconocen el buen periodismo. Ante todo, siempre hay que ser honesto con los lectores que, finalmente, son la razón de ser de los periodistas.

-Existe algo parecido a un criterio en ciertos países de Sudamérica que considera que el periodista debe escribir la noticia y al lado, en la misma página, hacer una columna de opinión sobre el tema. ¿Cuál es su criterio al respecto?

-Particularmente creo que eso afecta de manera importante a la credibilidad. El periodista tiene la misión de informar, de presentar una noticia de la manera más honesta e inteligente que pueda, no tienen necesidad de opinar porque eso sería entendido como una posición o quizá un cierto prejuicio con el hecho informado. Además, no podemos tomar al lector por tonto, incapaz de evaluar una información. Ellos deben sacar sus conclusiones, no los periodistas en una columna al lado de una información.

-¿Se compromete la información?

-Sí, sin lugar a dudas.

-A ver, aclaremos por que creo que es importante dejar bien sentada esta postura. Su criterio es no opinar en la misma página sobre la información que uno escribe, pero sí opinar, digamos, en las páginas de opinión?

-Correcto, es así. El periodista no debe escribir una columna de opinión sobre una información que escribió y que va en la misma página, eso es un error. En mi país, incluso, los columnistas no hacen informaciones, pero tengo entendido que acá la tradición es diferente.

-Ahora hablemos del otro gran tema que generó más de una discusión, las páginas editoriales. ¿Las mismas deben reflejar la posición del diario o deben ir más allá?

-No, de ninguna manera; la información es información y la posición editorial es la posición editorial, no deben mezclarse. Los dueños deben poder sentar una postura en las páginas editoriales, con eso no hay problemas. El problema viene cuando esa posición editorial se traslada a las páginas, contamina la información, la sesga hacia el sector que quiere el dueño del medio, se parcializa. Eso es muy malo y afecta de manera importante a la credibilidad del diario.

EN EL LUGAR OPORTUNO

Rowe es un hombre que tiene 35 años como periodista. En ese lapso le ha tocado ver infinidad de hechos.

Uno de los que más recuerda es la mañana del 8 de diciembre de 1980, cuando, estando en su departamento, en Nueva York, oyó unos disparos.

Apenas escuchó los tiros, hizo lo que todo periodista: verificó que tuviera un bolígrafo consigo, un papel donde escribir y salió presuroso a la calle a ver qué pasaba.

Así relató Rowe cómo vivió el día que el mundo se conmocionó con el asesinato de John Lennon, uno de los más emblemáticos miembros de los legendarios The Beatles, que recibió cuatro impactos de bala en la espalda disparados por Mark David Chapman, un fanático que hasta hoy está encarcelado.

Rowe fue el primero en llegar al lugar, y trató de obtener todos los detalles que al día siguiente se publicaron en su diario, el Washington Post

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