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El país político pudiera tener la percepción de que en esta campaña electoral para las elecciones presidenciales “rodará” el dinero a raudales, conociendo del poderío económico que exhiben los dos candidatos de la oposición, quienes se enfrentarán a un Presidente que pese a no mostrar igual bonanza económica en lo personal, tendrá consigo una inagotable fuente de recursos: el Estado, que si decidiera usarla, competiría más que holgadamente con sus contrincantes.
Esa percepción es sacada a flote por la enraizada cultura que aún permanece en una gran parte de dominicanos que persiguen el bienestar económico, pírrico y momentáneo, que ofrecen candidatos que salen al ruedo con el objetivo claro de obtener mediante la compra el voto de los electores.
Esa masa innumerable de votantes deja de lado, intencional a veces y por ignorancia en otras, las ofertas que pudieran ser creíbles en algunas opciones presidenciales, pues más que ponerle atención a los programas de gobierno, así como ponderar la honradez y vocación de hacerlo bien en un candidato, se interesan porque el aspirante le resuelve un “apuro económico” del momento.
Y lo penoso es que esto ocurre arriba y abajo. La misma situación se da en sectores de poder como en el más humilde mortal que ejerce el voto, aunque con la diferencia de cifras económicas en oferta y demanda.
Tal vez sin proponérselo, Miguel Vargas Maldonado y Amable Aristy Castro han abierto el apetito a esa comunidad de votantes que ha visto en ellos una especie de “pozos petroleros” en esta campaña electoral.
¿Y qué decir del presidente Leonel Fernández? Quizás sus cuentas bancarias y sus bienes no se igualen a las de Vargas Maldonado y Amable Aristy, pero si quisiera usarlos, tiene recursos a su disposición tan suficiente como para “doblarle” el pulso a quienes buscan destronarlo del solio presidencial.
Y es que el Estado no presenta debilidades cuando de competir en lo económico y otros renglones se trata. El uso de los recursos de las arcas públicas está prohibido por ley, pero en la República Dominicana esa práctica nunca ha sido castigada, pese al resabio silente de los ciudadanos en ese sentido.
Como la falta de circulante (escasez de dinero en las calles) es uno de los problemas que la ciudadanía le enrostra a este gobierno, es muy posible que esta parte sea capitalizada por la adinerada oposición, que pondría a “rodar” el dinero durante sus actividades proselitistas, como una buena manera de dejar la impresión de que también así será en un virtual gobierno suyo.´´.
Tres años después de haber ascendido al poder, el presidente Leonel Fernández mantiene un buen porcentaje de popularidad, de acuerdo a las últimas mediciones hechas en función de la intención del votante.
Pero, a este respecto ¿se quedará el presidente Leonel Fernández y el Partido de la Liberación Dominicana de brazos cruzados? La respuesta cae en lo impredecible, pero una cosa es segura y es que desde el litoral oficial se hará todo lo que esté a su alcance para retener el poder, y para ello, no escatimará esfuerzo para convencer al electorado de la conveniencia de que más allá del 16 de agosto del 2008 debe seguir gobernando el PLD.
De la acera del frente no será diferente, pero con un objetivo contrario, por lo que se esperan las más impensables estrategias dirigidas a que haya un cambio de gobierno al final de este cuatrienio.
Autor:
LUIS BRITO
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