lunes, agosto 27, 2007

Economía clínica

El concepto de economía clínica se deriva del paralelismo que hace el autor de los procedimientos que son llevados a cabo en la medicina clínica

Por Milton Morrison / El Caribe

El profesor Jeffrey D. Sachs de Columbia University en su libro “The End of Poverty” nos presenta un recetario de lo que él denomina la economía clínica; una forma de enfrentar los desafíos del desarrollo económico tendentes a la reducción de la pobreza.

Es el mismo profesor Sachs que en la página 74 de la versión en inglés de su libro señala que “en los últimos 25 años del siglo pasado, cuando los países pobres solicitaban ayuda a los países ricos, estos los enviaban donde el doctor del dinero mundial, el FMI.

La principal prescripción para sus pacientes había sido la restricción presupuestaria. La austeridad recomendada por el FMI siempre condujeron a disturbios, golpes de estado y colapso de los servicios públicos”. Sachs no se equivocó, basta remontarnos al 1984 cuando tomamos esa medicina.

El concepto de economía clínica se deriva del paralelismo que hace el autor de los procedimientos que son llevados a cabo en la medicina clínica.

El mismo concluye que 5 pasos clave de la medicina clínica encuentran una contraparte en las buenas prácticas de la economía. Los pasos son: primero, las economías, al igual que los individuos son sistemas complejos.

Segundo, los economistas necesitan aprender el arte del diagnóstico diferencial. Tercero, la economía clínica, tal como la medicina clínica, deben ver el tratamiento en términos “familiar” o de conjunto más que en términos individuales.

Cuarto, las buenas practicas de desarrollo necesitan monitoreo y evaluación, especialmente una rigurosa comparación de las metas y los resultados. Quinto, quienes práctican el desarrollo carecen de ética y estándares profesionales.

Al repasar los cincos pasos de la economía clínica y leer detenidamente a Sachs, llego a la conclusión de que los mismos pueden ser aplicables en la solución de los grandes problemas nacionales.

Entiendo que muchos dominicanos y dominicanas han bebido en las mismas fuentes de conocimientos que los mismos que nos indican las recetas de cómo salir de nuestros problemas. Y nadie mejor que nosotros puede realizar el diagnóstico diferencial de los mismos.

Dominicanizando el concepto de Sach, agregaría dos pasos previos a los cinco anteriores: deponer los intereses particulares por los intereses colectivos y cumplir las leyes y reglamentos establecidos.

Agradezco a mi hermano Franklin, quien en su último viaje a Nueva York me trajera este libro como regalo de cumpleaños, siendo ésta una forma de beber de fuentes nutritivas del conocimiento.

Milton Morrison es ingeniero
miltonmorrison@gmail.com

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