lunes, agosto 27, 2007

Leonel Fernández madruga y maniobra con aliados

El Presidente aprovechó un sentimiento generalizado de cambios en su gabinete para hacerle una jugada a la oposición, pero se quedó corto en relanzar el Gobierno

Análisis:

Por Osvaldo Santana

Servicios Google/ El Caribe, Matutino Dominicano

El Presidente de la República definió muy temprano el cuadro de las alianzas electorales con vista al certamen previsto para el 16 de mayo del 2008, en una jugada de ganancias y pérdidas momentáneas.

Por un lado complació a la población que pedía la cabeza de funcionarios ineficientes, pero al mismo tiempo utilizó la coyuntura para posicionarse mejor en la carrera por la reelección.
Aunque los cambios introducidos no llenaron todas las expectativas de los electores, sirvieron al mandatario para asestar un golpe a la oposición, especialmente al Partido Revolucionario Dominicano (PRD), al que le desarticuló el cuadro de los aliados de las elecciones del 2004. Y más que ello le cerró el paso para potenciales alianzas con tres de los cinco primeros partidos a los cuales acudió unido entonces.

Aunque para muchos agregarse al Partido Quisqueyano Demócrata Cristiano (PQDC), Partido Renacentista Nacional (PRN) y Partido de la Unidad Nacional (PUN) es poca cosa, en 2004 significaron 2.98 por ciento de los electores que sufragaron por el PRD.

Pero a ello habría que agregar algo del 0.51% del Partido Nacional de los Veteranos Civiles, pues una de sus cabezas pasó al Gobierno, el 0.09% del minúsculo Partido Popular Cristiano y el 0.02% del Partido Demócrata Popular, más las desafiliaciones del PRD, como Freddy Majluta y los allegados a Rafael Suberví Bonilla que aceptaron puestos en el Gobierno. De todas formas, probablemente, el Presidente también esté previendo algunos rezagos como el de Danilo Medina y uno que otro de sus vinculados.

Desde el punto de vista de la política, y especialmente de los actores políticos, el Presidente ha ampliado su base de sustentación, que se afirma en el Partido de la Liberación Dominicana y sus aliados del Bloque Institucional Socialdemócrata (Bis), Alianza por la Democracia, Partido de los Trabajadores Dominicanos (PTD), Unión Demócrata Cristiana (Luis El Gallo), Partido Liberal de la República Dominicana (La Estructura) y Fuerza Nacional Progresista.

En términos contables, se trata de ganancias concretas para la causa reeleccionista, aunque pierde la imagen del Presidente estadista, toda vez que utiliza el poder del Estado para incorporar agentes opositores, con lo que da vigencia a prácticas clientelistas muy criticadas a Joaquín Balaguer y a Hipólito Mejía, quien también recurrió a algunos de esos aliados para pretender quedarse en el poder. Tal práctica encuentra el rechazo de estamentos liberales que creen que el poder no debería servir a ese tipo de propósito.

Reposicionamiento y aliados.
Los cambios realizados por el Presidente, y especialmente la incorporación de opositores, constituye el reconocimiento de que el Presidente, que ganó con el 57.11% del favor popular en 2004, no cuenta con la misma aprobación, lo que es lógico si se considera la pérdida de popularidad por el ejercicio y las múltiples necesidades insatisfechas.

Si bien el Gobierno se solaza en los resultados macroeconómicos, la estabilidad y el crecimiento, la mayoría de la población no percibe que la situación ha mejorado para ella, después de la desastrosa situación económica heredada del gobierno de Hipólito Mejía.

La pérdida de popularidad del Presidente a esta fecha es estimada por la encuesta Gallup-Hoy, divulgada el 21 de agosto, según la cual el presidente Fernández tiene el favor del 42% del electorado, Miguel Vargas Maldonado un 35% y Amable Aristy 14.1%.

Según la misma encuesta, por primera vez el PLD aparece más fuerte que el Presidente, con un 44%, frente a un PRD prácticamente congelado, con el mismo 30% de las elecciones del 2004. Ostensiblemente, Vargas ha mejorado la puntuación del partido blanco.

Pendiente aún lo de relanzar

Leonel Fernández aprovechó un sentimiento generalizado en la población que pedía cambios en su gabinete y un relanzamiento del Gobierno.

En alguna medida satisfizo con la cancelación de tres funcionarios que le generan mucha antipatía y molestias en el seno del mismo Gobierno, pero es evidente que la materia de relanzamiento está pendiente.

El Gobierno tiene el mérito de devolver la estabilidad a la economía y mejorar el clima de inversión, pero eso no le basta al 42% de las familias que según la encuesta Gallup-Hoy reciben ingresos económicos que no les permiten cubrir sus necesidades básicas.

Otro 40% vive precariamente con lo básico y sólo el 18% de las familias dominicanas dispone de los ingresos necesarios para financiar con holgura sus necesidades.

Esa situación no debería perpetuarse, y el Gobierno tiene que promover políticas que tiendan a implantar un régimen de mayor equidad.

Una reorientación de la inversión pública en atención a los estamentos más disminuidos, al margen de lo que hoy se está haciendo a través de los programas Solidaridad, Comer es Primero, etcétera.

Asimismo, habría que considerar la inversión en atención a las regiones más empobrecidas, las cuales no ven el chorro público, que se gasta en las zonas más densamente pobladas con mayor fuerza electoral.

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