De El Caribe, Matutino Dominicano
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No es necesario inventar un Bosch para justificar la reelección presidencial si ella está, por desgracia, permitida en la Constitución. El hecho de que el fundador del PLD no criticara nunca, según el historiador y académico Euclides Gutiérrez Félix, lo que él mismo llamara “continuismo” del líder vietnamita Ho Chi Ming y del dictador yugoslavo Joseph Broz (Tito), no parece un argumento válido para impulsar la búsqueda de la nominación presidencial del actual jefe del Estado.
Tampoco censuró Bosch al dictador español Francisco Franco, bajo cuyo régimen vivió un tiempo como exiliado, tras su derrocamiento el 25 de septiembre de 1963.
En cuanto a su afirmación de que Bosch nunca se opusiera a la reelección y que la excluyó en la Carta Magna de aquel año porque estaba aún fresca en la memoria nacional el recuerdo de la larga tiranía de Rafael Leonidas Trujillo, podrían por el contrario formarse montañas de papeles con recortes de la consistente oposición del líder peledeísta a la reelección del entonces presidente Balaguer.
De manera que el Bosch de que hablara el historiador en el acto de lanzamiento de la pre-candidatura del presidente Fernández, no se parece al verdadero Bosch que luchó hasta el último día de su vida contra lo que llegara a definir como uno de los peores males de la vida política nacional.
El señor Fernández no tiene que recurrir a este tipo de recursos para sustentar sus aspiraciones de permanecer por un segundo mandato consecutivo, su tercero en realidad.
Le bastaría con acogerse a la Carta Sustantiva de la nación que permite a un Presidente optar por un segundo mandato, después que la escasa visión histórica del perredeísmo restituyera lo que había quedado prohibido desde la reforma apresurada de 1994 que salvó al país de una crisis institucional y quién sabe si hasta de un baño de sangre.
Miguel Guerrero es escritor y periodista
mguerrero@mgpr.com.do
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