jueves, marzo 08, 2007

Editorial de El Nacional: Día Internacional de la Mujer



Vespertino Dominicano

8 de Marzo

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Con motivo del Día Internacional de la Mujer, bien vale preguntarse si ha valido el esfuerzo, la pena y el compromiso, luchar por el avance y realización de ese importante sector de la población.
En esta oportunidad lo apropiado y previsible es levantar loas, homenajes y reconocimientos a la mujer en su tradicional papel de ser humano abnegado, capaz del mayor de los sacrificios por sus familias.
Esta actitud puede que sea lo protocolarmente correcto, pero confesamos que tenemos más preocupaciones que entusiasmos.
Podríamos alegrarnos de la creciente presencia de las mujeres en las matrículas universitarias y congratularnos por la virtual feminización de las más altas casas de estudios del país.
Podríamos justificar nuestra alegría porque el país tiene una estructura jurídica para enfrentar la violencia doméstica.
Sin embargo, hoy no tenemos los condescendientes buenos deseos masculinos destinados a reconocer los avances que, parece ser, están logrando las mujeres y sus organizaciones.
Como Medio somos testigos desde nuestras páginas cada tarde, de cómo aumenta la violencia contra las mujeres.
Sentimos cómo los hombres siguen siendo, en extremo, crueles con ellas cuando se sienten defraudados en sus apetencias emocionales o sexuales.
Y nos duele cada mujer muerta.
Y nos desgarra tener que proyectar hechos que revelan la dramática dinámica de la violencia.
Siguen los hombres matando mujeres.
Sigue inamovible esa trayectoria de sangre.
Lamentamos hoy no sumarnos al coro.
Y no nos sumaremos mientras siga derramándose, por “amor”, la sangre de nuestras mujeres.
Ellas son mucho más que sacrificio y abnegación.
Son seres con derecho a determinar su vida, su presente y su futuro.
Todo lo que atente contra esa autentificación de la mujer, nos seguirá lacerando.
El Nacional hoy, 8 de marzo, no felicita a las mujeres en el tono tradicional y prefiere elevar su deseo de que la sociedad toda llegue más allá del homenaje y el reconocimiento.
Una sociedad que no entiende el valor real de sus mujeres, no merece la cualidad de colectividad civilizada.
No deseamos ser testigos de la violencia en su contra.
Basta de violencia y crueldad.
Las mujeres no merecen eso.
Ojalá acabe algún día.
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