jueves, diciembre 14, 2006

Ni reforma ni rectificación, es un !Gancho! fiscal

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Víctor Gómez Casanova

-DE EL LISTIN DIARIO, MATUTINO DOMINICANO-

Durante las últimas semanas hemos visto con preocupación cómo analistas económicos, especialistas en materia fiscal, periodistas, comunicadores, políticos del Gobierno y de la oposición, se involucran en un debate sobre si el Proyecto de Ley que anunció el Poder Ejecutivo que sometería al Congreso, debería llamarse Reforma o Rectificación.
Tanto ha sido la importancia que se le ha dado al detalle del nombre, que en algunos casos se ha invertido más tiempo en debatir cómo llamársele, que en las interioridades que presenta la compleja situación económica por la que atraviesa nuestro país y la propia intención del Gobierno.

Es por esto, que nos vimos motivados a buscar en el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, los significados de las palabras Reforma y Rectificación, y para nuestra sorpresa, ninguna de las dos definiciones aplican para describir las intenciones del Gobierno con el referido Anteproyecto de Ley, introducido al Congreso Nacional por el Senado de la República. Veamos: la palabra Reforma: proviene de la acción y efecto de reformar. Modificación de algo para mejorarlo; y cuando buscamos Reformar: proviene del Latín Reformare. Modificar algo con el fin de mejorarlo; por lo que nos preguntamos ¿Puede una intención de aumentar impuestos en nuestro país servir para “mejorar”? ¿Hemos “mejorado” cuando hemos decidido pagar más impuestos?
Pero cuando vamos a buscar el significado de la palabra Rectificación que es la que prefiere el Gobierno y sus voceros, vemos lo siguiente: Rectificación: Acción y efecto de rectificar; y Rectificar: Quitar imperfecciones, errores o defectos; lo que nos obliga a preguntarnos de nuevo: ¿Aplicar más impuestos a nuestra Nación significa rectificar? ¿Al subirle los impuestos a los dominicanos estamos “quitando imperfecciones, errores o defectos”? Juzgue usted amigo lector y dé la respuesta que mejor considere, pero el autor de éstas líneas opina que no, que ni es Reforma, ni es Rectificación.

Entonces decidimos seguir navegando por las aguas del conocimiento y buscar la palabra indicada, aquella que coincida con el interés de aplicar nuevas cargas impositivas a la Nación y que demuestre el verdadero propósito de sus patrocinadores desde el Gobierno, y entonces nos encontramos con la palabra que entendemos correcta: Gancho. Sucede que la palabra Gancho tiene varias definiciones, pero hay una que entendemos que aplica para el caso que nos ocupa.

Veamos: Gancho: Dícese de persona que con maña o arte solicita a otra para algún fin; prenderlo, atraparlo, atraerlo con maña. Eso es precisamente lo que quiere hacer el Gobierno con esta nueva propuesta de aumento de impuestos, “prender, atrapar y atraer con maña” los recursos económicos que necesita, a través de nuevas cargas impositivas que sirvan para seguir construyendo el metro, seguir gastando en compra de jeepetas de lujo para el desplazamiento de funcionarios, seguir viajando en primera clase, con comitivas supernumerosas, seguir aumentando la nómina de empleados públicos, seguir pagando Vicecónsules, Subsecretarios de Estado y Subdirectores Generales, además de Secretarios de Estado Sin Cartera y Ayudantes Especiales del Presidente de la República, comprando palmeras a veinticinco mil pesos cada una, remodelando parques a un costo mayor de 400 millones de pesos, etc., etc., etc.

Y todo esto a través del gancho de decirnos que es “para pagar la deuda externa que nos dejó el Gobierno pasado, o que es para compensar impuestos que serán eliminados por la entrada en vigencia del DR CAFTA, o que es para rectificar sobre una Reforma Fiscal que quedó incompleta desde el año pasado”. ¿Caeremos en el Gancho?

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