lunes, diciembre 18, 2006

El PLD hace lo necesario para perder el poder

Para que el PLD complete su ciclo autodestructor por las aspiraciones legítimas de sus principales líderes solo falta que el congreso nacional quede involucrado en la pelea por la candidatura presidencial
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Análisis
Por Osvaldo Santana

-DE EL CARIBE, MATUTINO DOMINICANO-
El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) está haciendo todo lo necesario para perder el poder el 16 de mayo del 2008, y eso se advierte en el accionar de sus principales actores.

Los últimos días han sido prolíficos en manifestaciones y expresiones que lindan con el territorio de las campañas negativas, que impactan la imagen del partido estimado por la población como el de mayor disciplina.

El PLD copa la atención de los medios, y en ese sentido, medidas pulgada a pulgada las publicaciones, revelan que encabeza el grueso de informaciones, a veces con tintes negativos. (Circulan afiches patrocinados por un denominado Partido Boschista Dominicano que dice: “Reelección es Corrupción”. Mientras a Danilo Medina lo presentan como un perdedor: “Peledeísta, si quieres volver a la oposición vota por Danilo en la Convención”).

El involucramiento directo del presidente Leonel Fernández esta semana acrecentó el volumen de aparición del PLD en los periódicos. La proclama de Danilo Medina el 13 de diciembre, en la que formaliza su precandidatura presidencial y la respuesta del presidente Fernández al otro día en San Pedro de Macorís, en el sentido de que el León volverá a rugir, catapultaron una batalla campal entre los dos viejos aliados al interior del PLD.

Medina ha hecho énfasis en su determinación por alcanzar la candidatura (“… yo estoy dispuesto a romper con todas las fuerzas que se interpongan en mi camino para alcanzar esta victoria electoral…) y el presidente Fernández no esperó más. Primero “despertó” en San Pedro, se lanzó en San Cristóbal el sábado y ya el domingo dejó claro en Moca que aceptará la repostulación gustosamente si así lo deciden las bases del PLD y el pueblo dominicano.

Medina ha insistido en lo perniciosa que resultaría para el PLD y el país una reelección presidencial. Citado por el diario El Día, señaló que “la reelección daña la imagen” del PLD y “provocaría daños desgarradores” a ese partido y “la pérdida del poder”.

Es evidente que el ex secretario de la Presidencia ha apostado al “todo por el todo”. Confirma asimismo su enfrentamiento total con el presidente Fernández, de cuyos funcionarios se queja que le hacen “bellaquerías”. El presidente Fernández rechazó ayer que se satanice la reelección y que en su campaña se utilicen recursos del Estado. Privilegió a Miguel Vargas Maldonado como su contrincante e ignoró absolutamente a Medina.

No hay retorno. Este comportamiento sugiere que no hay retorno ni posibilidad inmediata para un “arreglo” entre Medina y Fernández. Ello obligará a la comisión designada por el Comité Político del PLD para convocar a las primarias y establecer normas de desempeño de la campaña a precipitar resultados.

Las posiciones tienden a radicalizarse, y mientras mayores sean los niveles de confrontación y agravios, las heridas pudieran dejar huellas que se proyectarían aún después de la selección del candidato.

En otros partidos han impactado incluso los resultados electorales nacionales. Y la pregunta obligada es: ¿Qué tan consistente es la organización del PLD para resistir una campaña entre un Presidente de la República y del partido actuante, y el jefe orgánico de esa organización, sin resultados catastróficos?

¿Hasta dónde?

Es de dominio público que Medina controla un apreciable porcentaje de la matrícula congresual del PLD. Aunque el Comité Político ya decidió aprobar la rectificación fiscal y el Proyecto de Ley de Presupuesto sometidos por el Poder Ejecutivo al Congreso, y en tal virtud reclama lo propio de los congresistas, como van las cosas, ¿quién garantiza que ambas piezas en manos de los legisladores no se conviertan en objetos de la lucha interna del PLD?

Ya ocurrió en el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), y como la tendencia actual del PLD es a la perredeización de sus procedimientos, una permanencia prolongada de esas piezas en el Congreso puede convertirse en un instrumento de la acción política, con serias implicaciones.

Mientras tanto, las banderas moradas antirreeleccionistas baten los vientos fríos en Nueva York. En las tres regiones de la geografía dominicana la promoción de la reelección se destapó desde el jueves y durante todo el fin de semana.

Varios funcionarios se han declarado con Medina y otros guardan silencio. Personalidades como Jaime David Fernández asumen un rol de moderación, pero la mayoría de sus cuadros ya se han lanzando con la reelección.

Temístocles Montás guarda un “visible silencio” y José Tomás trata de trillar su propio camino. Pero el PLD trabaja para la derrota o, si resulta exitoso en su convención interna, para la consumación como un extraordinario partido.

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