Editorial
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Del Listín Diario
El asesinato, la desaparición, el atropello o la intimidación constituyen parte del menú de riesgos que afrontan todos los días los periodistas independientes del mundo.
Esta semana, uno de los más prestigiosos reporteros investigadores de Brasil, Amaury Ribeiro Junior, del Correio Braziliensi, fue baleado por pandilleros de un barrio de narcos en Cidade Ocidental, y de milagro salvó la vida.
Y la Sociedad Interamericana de Prensa, que lleva un registro de las desapariciones y asesinatos de periodistas en todo el continente, nos recordó ayer que aún siguen desaparecidos los reporteros Gamaliel López y Geraldo Paredes, de TV Azteca Noreste, desde el pasado 10 de mayo.
Con la larga lista de bajas y de recurrentes formas de violencia y de intolerancia contra el ejercicio periodístico, mueve a profunda preocupación que se le retiren las escoltas que protegen a varios comunicadores del programa El Gobierno de la Mañana, en especial la del comentarista Melton Pineda.
El staff de ese programa lo componen comentaristas que se juegan sus vidas todos los días, expresándose con demasiada franqueza y libertad, diciendo cosas que muchos no se atreven, con lo cual asumen enormes riesgos de toda índole.
No es posible que, en un marco lleno de peligros latentes, en un país atenazado por la violencia donde cualquiera sale a la calle a darle un tiro al primero que encuentre, estos comentaristas radiales queden desprotegidos, a merced de la saña, la brutalidad o el fanatismo de alguna marioneta política intolerante de las tantas que abundan en este medio.
Ojalá que el Gobierno, que les brindó inicialmente esa protección, reconsidere la medida que ha tomado antes de que a algún loco se le ocurra poner en peligro la integridad de cualquiera de ellos, solo porque ejercen un derecho que muy pocos se atreven a asumir y a defender gallardamente.
viernes, septiembre 21, 2007
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