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El presidente que habla bonito ha hablado de convertirnos en “un Nueva York chiquito”. Entiendo que lo que desea es un desarrollo inmobiliario similar al de aquella urbe. Quizás por eso se ha aferrado a quebrarnos con un Metro que no está a nuestra altura económica.
No existe la menor duda que copiar así como así los edificios de esa urbe en nuestra tierra tropical, requiere mucha adaptación y de infraestructuras que carecemos, empezando por la eléctrica, agua potable y aguas negras, pero en fin, el viajero tendría la impresión de desarrollo y progreso. Pero Nueva York no es solo eso, esa ciudad se sostiene por la capacidad de comercio, transporte, leyes que se cumplen y justicia que castiga a violadores.
Tendremos que tratar de copiar la ética e idiosincrasia de los neoyorkinos y los norteamericanos.
Algunos muy importantes son en el respeto al ciudadano, la ética profesional y política, el respeto a las leyes y el castigo a que les somete la justicia, con sus yerros y excepciones normales.
Aquí la justicia es sólo para pobres, los ricos tienen dinero y buenos abogados.
Pensamos en The New York Times, que se caracteriza por ser de veras un cuarto poder, no una ficción. Tambien en el Washington Post o Miami Herald, por citar sólo tres de los grandes.
Tendríamos aun sinvergüenzas como ellos y todos tienen, pero tambien un pueblo que los rechaza por sus acciones.
“WASHINGTON (AP). Randall Tobias, el hombre que manejaba la ayuda económica estadounidense (US$19,000 millones) orientándola hacia la “democracia transformacional’’ ideada por la secretaria de Estado Condoleezza Rice, renunció a su cargo en medio de alegaciones de vinculación con una red de prostitución, dijeron personas que conocen las circunstancias de su abrupta partida.
Tobias renunció el viernes a su cargo de administrador de la Agencia para el Desarrollo Internacional (AID) por decisión propia y después que su nombre apareciera en la investigación de un “servicio de acompañantes’’. (Del Hoy, 29 abril 2007)
No se excusó con niñadas ni dijo que eran asuntos personales…. ¡A ver cuando llega aquí ese New York chiquito!
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