sábado, mayo 05, 2007

El PLD, una historia de luchas internas por concentrar el poder político

Hasta el 2001, previo a los comicios congresionales y municipales de 2002, el PLD escogía sus candidatos a través del Congreso Elector

LOS DIRIGENTES PELEDEÍSTAS VINCULABAN SUS CONFLICTOS A UNA ESPECIE DE COMPLOT EXTERNO EN CONTRA DEL PARTIDO

De Hoy, Matutino Dominicano

Servicios Google para Bloggers
.
POR LEONORA RAMÍREZ S.

La lucha frontal entre los precandidatos peledeístas Danilo Medina y el presidente Leonel Fernández, por la nominación presidencial de su partido, es un capítulo más de las confrontaciones internas que han caracterizado al Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en el transcurso de sus 34 años de creación.

Aunque esa organización ha pretendido manejar sus crisis tras una cortina de hierro, las disidencias, las expulsiones y las luchas de poder han girado alrededor de los procesos convencionales para la selección de candidatos presidenciales, congresionales y municipales.

Precisamente en las cercanías del Congreso Elector, actividad mediante la cual el PLD escogía a sus candidatos, se desataban las pugnas entre los miembros de ese partido.

Los enfrentamientos de las décadas de 1970 y 1980 no tienen los matices del presente, cuando está en juego el relevo o la perpetuidad política en un contexto nacional, pero en aquellos años hubo hasta denuncias de amenaza de muerte.

Los archivos periodísticos y los testimonios son los espejos que reflejan esos momentos históricos, así como la recurrente negación de las turbulencias internas que, algunos dirigentes, vinculaban a mecanismos implementados por la embajada de Estados Unidos en el país para desarticular la estructura del PLD.

Sin embargo, el propio Bosch relacionó las crisis peledeístas con la lucha de clases, proceso que según él surgió por primera vez en 1978, “pero que de manera oculta ha dado lugar a la salida del PLD de varios miembros del Comité Central”, de acuerdo con una cita de El Nuevo Diario, fechada el 2 de agosto de 1984.

Pero José Antinoe Fiallo, a quien expulsaron de ese partido el 26 de mayo de 1983, manifestó que “a los grupos que se movían en el entorno de Bosch, y él mismo, no les interesaba una reflexión colectiva, y había que tratar de reducir la capacidad de reproducción de la izquierda.

“Se trataba siempre de yugular las corrientes transformadoras y críticas haciendo énfasis en el discurso del líder principal a quien se le atribuían facultades superiores al resto de los mortales”.

EL COMIENZO DE LOS CONFLICTOS

A partir de 1973 el PLD concentró parte de sus esfuerzos en enfrentar el continuismo del ex presidente Joaquín Balaguer, y en tal sentido, el 2 de marzo de 1974 su dirigencia anunció la formación de comités patrióticos populares, mediante los cuales se exigiría la prohibición de la reelección y la modificación del sistema electoral vigente.

Pero dos años antes de las elecciones de 1978 afloraron los problemas internos. En su edición del 4 de junio de 1976 el Listín Diario refiere la cancelación de 15 dirigentes de Santiago, por incentivar el “grupismo” y el “ultraizquierdismo”, pero los afectados alegaron que su expulsión se debió a sus actitudes críticas.

En abril de 1977 la entidad decidió participar en los comicios presidenciales de 1978, por lo que el 30 de junio de 1977 realizó su primer Congreso Nacional Elector, mediante el cual el Comité Político propuso al Comité Central varios candidatos para la presidencia y la vicepresidencia, resultando electos Juan Bosch y Rafael Alburquerque.

Hasta 1996, cuando el presidente Fernández se postuló para la candidatura presidencial, Bosch fue el único candadito de ese partido para esa posición.

LOS PROCESOS CONVENCIONALES

Hasta el 2001, previo a los comicios congresionales y municipales del 2002, el PLD escogía sus candidatos a través del Congreso Elector, mediante el cual se convocaban a las bases y se presentaban mociones basadas en el voto orgánico, que consistía en la selección que hacían los comités de base.

Ese procedimiento se utilizó hasta el 2000 cuando ese partido modificó ese sistema de votación, mediante el que seleccionó a Bosch como candidato para los comicios presidenciales de 1978, 1982, 1986, 1990 y 1994.

Con ese sistema también se escogió a Fernández en 1995, y a Medina en 1999, para las elecciones de 1996 y 2000, respectivamente. El voto orgánico se transformó en universal, individual y secreto luego del Sexto Congreso Profesor Juan Bosch, realizado en el 2001, y en el que se cambió la metodología de selección de candidatos y se varió el esquema de un partido de cuadros por uno abierto, según Héctor Olivo, director de comunicaciones del PLD.

Para las elecciones del 2004 esa organización dispuso la libre inscripción de candidatos, que no estaba permitida porque lo ordinario era que el Comité Central escogiera, por el voto mayoritario de sus miembros, a los precandidatos que luego eran presentados a las bases.

EL TESTIMONIO DE UN EXPULSADO

Al analizar la evolución del PLD Fiallo manifestó que “Bosch apoyaba los liderazgos subalternos cuando le convenía, eso le pasó a Rafael Alburquerque (actual vicepresidente de la República) quien era y es un conservador y quería heredar a Bosch”.

Los liderazgos son expresiones de ambiciones personales e intereses clasistas corporativos o burocráticos, y de acuerdo a las correlaciones se turnan y suceden pero con pretensiones de variadas continuidades, refirió el sociólogo.

“Muchos fuimos expulsados del PLD por no creer en eso. Incluso Leonel Fernández estuvo en la mira porque algunos creían que él comulgaba con ideas de izquierda en la década de 1980”.

Asimismo, dijo que en esa etapa se abrió un proceso de consolidación conservadora, centrada en elecciones y por tanto en candidatos, escogidos desde arriba en transacciones pactadas, mientras comenzaban a crearse condiciones para generar un liderazgo coyuntural de sucesión de Bosch.

“Esa dinámica se había debilitado un poco por nuestras luchas, pero luego se afianzó y le correspondió a Fernández esa especie de sucesión que hoy está en el centro de las contradicciones peledeístas”.

¿LOS TINGLADOS DE LAS EXPULSIONES?

El sábado 6 de julio de 1985 los periodistas Aristófanes Urbáez y Julio Martínez Pozo publicaron un artículo conjunto, en el que cuestionaban alegadas calumnias vertidas en su contra por Euclides Gutiérrez Félix.

“Es práctica frecuente de la Banda de los Cuatro que controla los mecanismos administrativos del PLD, calumniar e insultar a los compañeros que, víctimas de sus intrigas y maquinaciones, han sido expulsados de las filas del partido morado”.

“Por esa razón no nos sorprendió el lenguaje soez utilizado por Gutiérrez Félix en un artículo publicado en Vanguardia del Pueblo, y en el que nos acusa de ser lúmpenes que tienen la cabeza llena de excremento.

“Está bien que la Banda de los Cuatro nos odie porque nos hemos opuesto a sus designios dentro del PLD, y porque denunciamos en rueda de prensa que ellos están convirtiendo el proyecto original de liberación nacional del PLD en un proyecto de corte electorero, pero acusarnos de eso se le falta el respeto a Bosch porque él es el autor de las enseñanzas que tenemos en nuestros cerebros”.

TESTIMONIO ANÓNIMO

Un ex dirigente del PLD, expulsado del partido en los 80 y que pidió reservas de su nombre, manifestó que el “grupismo en esa organización era el resultado de una dinámica natural, porque todo el que milita en la política tiene un objetivo, no digo que no haya gente que tenga intención de servir, pero lo que predomina siempre es un objetivo de conseguir prestancia social, poder económico o político.

“En principio la lucha no era por el poder porque el PLD no tenía posibilidades de poderes nacionales, pero sí a nivel del control del partido, porque se podía ser líder de un comité de base o de un organismo intermedio”.

Sobre ese aspecto abundó que, como en el PLD las decisiones se tomaban por organismos, los dirigentes querían ser aceptados por los miembros de éstos y eso daba lugar al agrupamiento.

¿Entonces por qué satanizaban ese proceso? “Porque eso podía poner en juego, en determinado momento, la autoridad del líder. Generalmente los líderes tienen sus inclinaciones aunque las simulan_yo entré en la política motivado por un romanticismo, y me salí odiándola porque descubrí que está llena de farsantes, de simuladores”.

Abundando sobre el “grupismo” destacó que si el líder no se compromete con determinados sectores, no se producen los núcleos y entonces se da un reciclaje natural, pero las facciones que en el PLD tenían la sombrilla de Bosch lo usaban para aplastar a los otros.

“Por eso cuando se realizaba el Congreso Elector ahí era cuando se desataban las pugnas, porque confluían todos los intereses y presiones y los deseos de escalar de cada quien, en el caso de los cargos nacionales, porque los puestos intermedios había menos presión por el poder”.

No hay comentarios.: