lunes, mayo 14, 2007

Aclaración no pedida, culpa manifiesta...

El periodista Juan Carlos Zúñiga, uno de los directivos del periódico Expreso, expuso en su columna del sábado pasado que el trabajo informativo referente a la llegada de cruceros a Guaymas era simplemente una forma de hacer periodismo y que para nada recibieron

14 de Mayo de 2007 03:36 AM
Por Rafael Cano Franco

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El periodista Juan Carlos Zúñiga, uno de los directivos del periódico Expreso, expuso en su columna del sábado pasado que el trabajo informativo referente a la llegada de cruceros a Guaymas era simplemente una forma de hacer periodismo y que para nada recibieron “línea” externa –léase del dueño del periódico, Julio Lubbert-- para hacer ese trabajo.

En su columna expone como fue que reportearon la información.

Pero al leer lo que dice y compararlo con la nota que publicaron, hay varios contrasentidos.

Es cierto que Eric Elvejord, director de relaciones públicas de la línea “Holland America” dice que actualmente no se tiene programado visitar Guaymas; pero ese mismo funcionario remite al reportero con el director de Despliegue y Planeación de Itinerarios, Simon Douwes quien le establece que “aún no estamos planeando que nuestros barcos visiten Guaymas, pero podría hacerse en un futuro”, se supone que Douwes es quien conoce el tema, pero ellos prefieren darle mayor difusión a las palabras de Elvejord.

Cuando Juan Carlos Zúñiga presenta los correos enviados, las preguntas que se formularon a esos dos funcionarios de la empresa de cruceros y cuando se cruzan la nota publicada el martes 8 de mayo con la información de la columna, uno encuentra que la información de la nota no es fiel a las respuestas y tiene una gran dosis de interpretación, lo cual es aceptado en el periodismo, siempre y cuando no deforme la información original y menos que la tergiverse como sucedió en la nota.

Ahora bien, la aclaración que hace Juan Carlos –la cual seguramente tampoco le pidió el señor Luebbert-- se da porque es públicamente conocido que este empresario es uno de los hombres más influyentes de Guaymas –algunos le llaman cacique-- y su grupo es un rival que actúa de “mala leche” en contra del actual alcalde Antonio Astiazarán, quien forma parte de otro de los clanes guaymenses.

Tratan de justificar su manejo informativo porque no les gustó nada que la opinión de columnistas fuera en el sentido de que la intención del reportaje era simplemente perjudicar la administración de Astiazarán Gutiérrez, porque esa es la “línea” que dictó “el patrón”.

Pero hay más perlas en ese mar:

En esa misma columna el periodista Zúñiga esboza una débil defensa del reportaje que publicaron el domingo pasado y donde presentan una lista de reporteros y empresas periodísticas acusándolos de recibir “chayotes” de algunas fracciones legislativas, particularmente la del PRI.

El columnista acepta que tomaron la información de la página de internet del Congreso del Estado y en lugar de ofrecer disculpas por la tergiversación que hizo el señor Norman Navarro, dice que la fracción priísta debe desmenuzar mejor el contenido de su página de internet.

¡¡Ahora resulta...!! El reportero Zúñiga pretende culpar a la fracción priísta por el nulo trabajo de investigación que hizo Norman Navarro; en todo caso la ética periodística indica que una información a publicarse debe cotejarse cuando menos con tres fuentes –hago referencia a la ética, precisamente porque es el centro de la publicación en cuestión-- y el señor Navarro simplemente tomó los datos y ni se preocupó por corroborar el motivo del pago y a todos los metió en un mismo costal.

Juan Carlos Zúñiga acepta tácitamente que ellos –el redactor y el medio-- no tamizaron la información, tampoco investigaron y simplemente bajaron de internet el contenido de lo que publicaron y le dieron un sesgo informativo, ¿cuál? El que más le convino al señor Norman Navarro.

La pobre defensa que hace Juan Carlos de ambas publicaciones simplemente confirman que Lubbert no quiere el progreso de Guaymas y que Norman Navarro cometió una gran estupidez –ya sabe lo que dicen: “las estupideces las cometen...los estúpidos”-- y en ambos casos lo único que obtuvieron fue un crisis de credibilidad, dejando al descubierto que la intención no es hacer buen periodismo, nada más perjudicar.


El gran ego de Pedro

Si que anda desatada la egolatría del rector de la Universidad de Sonora, Pedro Ortega Romero; hace unos días mando pagar unos desplegados de felicitación –con dinero de la Unison-- por el doctorado Honoris Causa que recibió de una institución norteamericana.

El sábado pasado se entregaron reconocimientos a maestros de la Universidad de Sonora que han laborado ahí por varias décadas.

Leímos con atención la información que mandó la Universidad de Sonora y todo giraba en torno al Rector y sus comentarios, en ninguna parte venía el nombre de los galardonados quienes a final de cuentas debieron ser el centro de la información.

Ojalá que en los próximos días no vaya a morir algún personaje de relevancia para la Unison, como anda en los últimos días el ego de Pedro Ortega, capaz que quiera ser el muerto, la corona y la plañidera, todo al mismo tiempo.


Reactivan la Casona

En los últimos días se habla mucho de un grupo denominado “los 10” que se supone son la contraporte de la llamada “sub 17” y se supone que esta nueva agrupación se la juega con Guatimoc Yberri, a quien promueven como el bueno para la candidatura al gobierno de Sonora.

Pero nada es casual en estos asuntos de la política:

Todo hace indicar que el gobernador Eduardo Bours volvió a dar un “santiaguito” a los aspirantes a ser candidatos, esto motivado por los cuestionamientos que se hacen a la lealtad de Alfonso Elías quien a pesar de buscar una audiencia con Bours Castelo todavía es hora de que no lo recibe.

El caso es que “destapes” o “predestapes” como el que hizo Pancho Bojórquez, líder de la CTM, en favor de Roberto Ruibal; o la aparición de ese grupo de “los 10” se inscribe en esta nueva circunstancia en que se ve inmersa la sucesión gubernamental.

Ahora, hay que decirlo, el Grupo de Roberto Ruibal ya controla “La Casona”, desde hace varias semanas desde ahí despacha Oscar López Vucovich quien volvió a la nómina estatal vía la Secretaría de Gobierno.

Es más, el jueves de la semana pasada el gobernador Bours Castelo, recibió en audiencia al secretario de gobierno, Roberto Ruibal y al licenciado Oscar López Vucovich, no sabemos los asuntos tratados, pero eso dice que el ex diputado y aspirante a senador ya reabrió las puertas de Palacio que temporalmente se le habían cerrado.


Otros Juglares:

-- “El combate del Ejército Mexicano a la delincuencia organizada es una medida emergengte, pero que no debe ser permanente y que por tanto el gobierno federal debe crear a la mayor brevedad un grupo especializado de elite para el combate al narcotráfico y la delincuencia organizada”, consideración que expuso el coordinador parlamentario del PRI en el Senado de la República, Manlio Fabio Beltrones.


Gracias por su atención, hasta mañana si Dios quiere.

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