martes, mayo 08, 2007

La isla sin Fidel

Fidel Castro (80 años) es, para algunos, un freno al progreso. Para otros, el garante de la dignidad. Para todos, sin duda, el motor que, mal o bien, hace funcionar el orden de una revolución desde hace 48 años.

De diarioHoy.net, La Plata, Argentina

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Por Luciano Gravellone
Enviado especial a Cuba
Su nombre se fue perdiendo poco a poco en las conversaciones de la gente y pasó a ser simplemente Él, como si se tratara de un Dios, de aquel que organizó la vida cotidiana en Cuba según su voluntad o los vaivenes que la historia lo obligó a dar.
Es difícil imaginar -o mejor dicho, separar- a Cuba de Fidel. Ni siquiera luego de dejar transitoriamente el poder en manos de su hermano Raúl (75 años), se puede afirmar qué pasará con la isla. Es que Fidel -o Él- es quien tiene la última palabra y quien decide las estrategias, desde aquellas que afectan a la macroeconomía y a la política exterior hasta las que tienen que ver con los asuntos internos.
Hoy, los interrogantes sobre la salud de Castro sobrevuelan en el globo terrestre
-en especial, merodean por Cuba, Estados Unidos y Venezuela-. Una pregunta queda impregnada de incertidumbre: ¿Qué pasará cuando Fidel muera?. “Es la pregunta de las mil pesetas”, indicó Lalita, una cubana de 45 años, contadora y arrendadora de una habitación en la ciudad de Cienfuegos -a 256 kilómetros de La Habana-. Y agregó: “Nadie lo sabe. Raúl no es lo mismo... él es militar”.
La información que circula en la isla sobre el estado de salud de Fidel es limitada o, más bien, está resumida a las publicaciones, fotos o cartas que aparecen publicadas en el Granma, principal periódico cubano y órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista cubano. Nadie pone en duda que Castro vive y se recupera. Es más, como el pasado 1º de mayo -Día del Trabajador-, los cubanos sueñan con su aparición y el retorno al poder. “Se está recuperando de a poco, muy lentamente. Y aunque no vivirá para siempre, Cuba nunca cambiará. Está todo preparado para continuar con este sistema. Nadie podrá meterse en la isla: el cubano tiene un gran nacionalismo”, explicó Adela, licenciada en Turismo, profesora de siete idiomas (español, inglés, ruso, italiano, francés, portugués y chino) y empleada en la agencia de viajes Sol y Son. Desde hace años espera un permiso del Estado para poder salir del país.
La sucesión
“Que no se preocupen los vecinitos del Norte, no pretendo ejercer mi cargo con 100 años”. El irónico mensaje de Castro tuvo dos destinatarios: Washington y el proyecto de sucesión dentro de la isla. Fue en su última aparición pública hace casi un año (26 de julio de 2006). Y la idea que ronda es que tras la desaparición de los hermanos Castro el poder sea ejercido por la Secretaría, una entidad que tiene la responsabilidad de organizar y ejecutar los acuerdos del Politburó, la máxima jerarquía del poder institucional en el sistema cubano.
Los 12 miembros del Secretariado, además de los dirigentes “históricos” como Fidel y Raúl Castro, son mayoritariamente representantes de la tercera generación pos revolucionaria, con una edad que oscila entre los 40 y 50 años. “Fidel está bien y se recupera. Es un hombre fuerte e inteligente. Cuando ya no esté, quedará todo en manos de Raúl, aunque también es una persona grande y está enfermo. Pero existen hombres de tercera línea que respetarán este sistema”, sostuvo Miguel, guía en el Parque Turquino (cuyos caminos conducen a Sierra Maestra, escondite de los rebeldes antes de concretar la revolución).
Fidel, tras la exitosa revolución que lo hizo ingresar a La Habana el 8 de enero de 1959 levantando un fusil, se transformó en una pieza clave del rompecabezas cubano. Vio el derrumbe del Muro de Berlín, la extinción de la Unión Soviética y el paso de 10 inquilinos por la Casa Blanca. Sólo una hemorragia intestinal logró apartarlo por vez primera del poder (antes de entrar en el quirófano, el único dirigente vivo que le aventajaba en número de años en el poder era el rey Bhumibol de Tailandia). Sus enemigos lo dieron varias veces por muerto. Sin embargo, también hay quienes aseguran que se cuida con esmero a pesar de su última recaída. Que pocas veces se desvía de una espartana dieta de verduras y pescado hervido. Hace tiempo que no fuma los legendarios habanos. Pero no todo está programado por él: hasta el cubano menos informado sabe que Castro desearía no abandonar el Gobierno mientras exista la Administración Bush.

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