lunes, octubre 29, 2007

Tres opiniones sobre economía

Celso Marranzini 1 Es necesario repensar el modelo, para detener la carrera alocada de nuevos acuerdos comerciales hasta tanto no se cristalicen una serie de cambios urgentes.

Por
Celso Marranzini / El Caribe

¿Qué pueden tener en común un embajador, un economista ganador del Premio Nobel, y el hombre que por casi veinte años dirigió la Reserva Federal de los Estados Unidos?
Aunque en formas diferentes, los tres se han referido a los aspectos positivos y negativos de los procesos de apertura de mercados.

Por una parte, el embajador de El Salvador en nuestro país expresó recientemente su preocupación por la desigualdad del intercambio comercial entre la República Dominicana y su país.

Es una lástima que la preocupación provenga precisamente del representante del país que ha sacado mayores ventajas del acuerdo de libre comercio y que esa preocupación no esté en la mente de nuestros funcionarios.

Por otra parte, Alan Greenspan, en su libro “La edad de la turbulencia”, acepta que la mayoría de los ciudadanos norteamericanos, a pesar de que la tasa de desempleo está muy por debajo del 5%, se sienten insatisfechos con el estado de la economía.

Aun cuando reconoce virtudes a la globalización, es muy sincero al señalar que, en su opinión, ésta contribuye a una enorme concentración de ingresos, al mismo tiempo que empeora la calidad de vida en aquellas personas con menor nivel de educación.

Finalmente, hace pocos días el ganador del Premio Nobel de Economía del 2004, Finn E. Kydland, al ser cuestionado al respecto, observó que nuestro país debe hacer un mayor énfasis en la producción para alcanzar el desarrollo.

¿Qué nos señalan estas tres opiniones? ¿Estamos haciendo suficientes esfuerzos para competir en una economía globalizada? ¿Estamos capacitando nuestra fuerza laboral para que sea más eficiente y mejor remunerada? ¿Favorecemos el desarrollo de la producción nacional?
No quiero dejar la impresión de que quisiera volver al proteccionismo radical, sin embargo, tengo el convencimiento de que de la forma en que estamos abriendo nuestra economía, sin planificación, sin invertir en capacitar nuestros recursos humanos, con enormes debilidades institucionales y en los servicios básicos, estamos trillando el camino equivocado.

Muchos dirán que la economía ha girado hacia los servicios y es cierto, pero debemos tener claro que éstos no generan los empleos ni las divisas necesarias para mantener una balanza equilibrada ni una tasa de cambio estable.

Es necesario repensar el modelo, detener la carrera alocada de nuevos acuerdos comerciales hasta tanto no se cristalicen una serie de cambios urgentes en los sectores productivos, para entonces sacar provecho a las aperturas de mercado.

Celso Marranzini es empresario

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