sábado, octubre 06, 2007

EN PLURAL/También dije...

Del Listín Diario, Matutino Dominicano

Ivelisse Prats-Ramírez de Pérez -
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No estoy en estos días muy presente en la televisión. Mi trabajo exigente y continuo resembrando ideología y conocimientos políticos dentro de mi PRD no me da mucha tregua para los “figureos” mediáticos; también, porque mientras más estudio y aprendo para pretender enseñar, mis códigos para comunicarme se distancian de muchos de los actuales modos de dialogar entre sordos y de ofender a los “interactivos”, que osan defender a un equipo partidario distinto al “team” por el que los productores del programa están apostando.

Hago algunos paréntesis en este cuasi retiro para asistir a uno que otro programa, cuando me invitan algunos amigos/as a los que les debo afecto: por ejemplo, Ercilio Veloz Burgos, mi querida ex alumna Virginia Goris, y Laureano Guerrero. Al programa “Hablan los Líderes” de este último comparecí el pasado domingo, último día del mes de septiembre.

Laureano es un entrevistador de mucho profesionalismo. Es militante leal del PLD y funcionario en este gobierno, pero sabe mantener el equilibrio difícil entre sus posiciones particulares y los planteamientos de los/las invitados/as aún cuando sean, como en mi caso, profunda e irreversiblemente antipeledeistas.

Ante su trato educado y la amistad que lo une hace años con Mario Emilio y conmigo, cuando voy al programa de Laureano respondo a sus preguntas con respeto. Pero no me cohíbo por supuesto de decir cuánto quiero y debo decir, y con esa serena firmeza hablé el domingo pasado.

La prensa recogió de esa participación en “Hablan los Líderes” solo una parte, la más “civilizada”, que es la más perdurable y convencida zapata de mis actitudes ante la comunicación política; la decencia, la ética y la altura en el debate público, así como la exigencia de que candidatos/as hagan menos promesas espléndidamente genéricas, “sin parámetro”, y se comprometan hablando con sinceridad de los problemas y haciendo contundentes propuestas factibles enmarcadas en planes como se hizo una vez con el Plan Decenal en el área educativa, y como esta haciendo nuestro candidato Miguel Vargas en los excelentes “spots” focalizados, que ya empezaron con la concreta propuesta “El Primer Empleo” ofreciendo a los jóvenes profesionales dominicanos, la posibilidad real de no tener que emigrar.

Me gustaría, por ejemplo, escuchar al Presidente Fernández y a sus acólitos aterrizando un discurso lleno de lugares comunes y de latigazos a los que los adversamos, para debatir honestamente las cifras duras de la pérdida de empleos en las Zonas Francas, y la violación recurrente a las leyes (la de Educación 66-97 ya tiene todo el cuerpo amoratado). Y ahora, la culminación de esas sacadas de lengua a la legislación adjetiva con el escándalo de la Sun Land, que toca el corazón y la conciencia social que representa la Constitución de la República.

Quisiera escuchar también, lo estoy aguardando, ciudadano presidente, la buena nueva de que para el año 2008 el presupuesto asignado al sector educación estará dentro del por ciento que le marca la ley 66-97. Por lo menos en ese aspecto, que la ley no se siga incumpliendo año tras año.
No se educa al pueblo, como querían Sarmiento y el Señor Hostos, Salomé Ureña y Andrés Bello, Don Juan y Peña Gómez, haciendo cosas feas y defendiéndolas con desenfado, mintiendo con palabras bonitas que se escurren y se vuelven agüita de lágrimas porque se desvirtúan en la práctica.

Cuando hablo de elevar el debate quiero significar hacerlo ético, no hermoso. La ética es la antinomia de la mentira, de la doble moral, del clientelismo, de la incitación y premio al transfuguismo y de la violación de las leyes y la constitución dominicana.

Eso quise expresar, diciéndolo lo más educadamente que pude, “in generi” en el programa de Laureano. Pero también dije otras cosas. Presenté con apasionado orgullo las nuevas oleadas de formación política en el PRD; rechacé sin vacilar las intenciones reeleccionistas del Presidente Fernández, con la total autoridad que me confiere haber combatido en mi propio partido la aventura reeleccionista del compañero Hipólito.

Si en aquella ocasión la repostulación contrariaba principios del PRD, y era además inoportuna por la crisis económica provocada por la crisis bancaria, ahora choca de frente con el antireeleccionismo de Juan Bosch, qué gran irrespeto al legado del Maestro, y se hace repugnante a los que sufren las consecuencias terribles de una política económica que eleva los salarios de los funcionarios peledeistas, y disminuye al mínimo el gasto social.

Dije también, como no, que la educación dominicana anda muy mal, no lo digo solo yo y el grupo nacional grande al que Alejandrina Germán califica de “politiqueros mezquinos”, y en el que seguramente incluirá a los empresarios profundamente preocupados por la crisis educativa. Ahora, los más serios organismos internacionales revelan en sus informes, como el de Preal últimamente, los bajos, alarmantes niveles de nuestra educación.

Con la osadía que me da la amistad y la fiabilidad de los datos numéricos y evaluaciones que poseo, le pedí a Laureano que me invite pronto de nuevo a su programa, para seguir diciendo con enojo y verdad lo que pasa en la educación dominicana, dentro de un consolidado perverso que abarca la violación alfabética de la ley, la farsa de un Foro Presidencial para la Excelencia Educativa, y la mentirosa proclama de una inexistente prioridad.

Al “También”, de lo que dije le falta pues ese epílogo: espero la oportunidad, amigo Laureano.

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