jueves, octubre 25, 2007

Para meditar

Editorial

Por
Redacción / El Caribe

Inmersos muchas veces en la vorágine del quehacer cotidiano, que es un mecanismo enajenante, sobre todo cuando está permeado por un constante accionar de la política partidaria, los dominicanos apenas tenemos tiempo para la reflexión.

Prácticas deletéreas como el clientelismo, la corrupción y las políticas populistas, que fomentan el ocio y la inacción, en lugar de estimular el esfuerzo creador, son tan habituales que la gente tiende a verlas con absoluta naturalidad.

Por inconciencia, irresponsabilidad y falta de visión sobre lo que debe ser su verdadera función en la sociedad, algunas organizaciones responden a estas observaciones con una lógica cazurra, diciendo que el mismo fenómeno se da en otras naciones.

Ocurre, sin embargo, que esto no es justificación alguna para ignorar nuestros males, dejar de hacer esfuerzos dirigidos a su erradicación y desconocer que un mismo hecho tiene un rango y un peso distinto en cada anatomía nacional.

El ex presidente ecuatoriano Rodrigo Borja, que está dedicado de lleno a la investigación de las ciencias sociales, a la luz de la realidad actual de la democracia en el hemisferio, acaba de darnos ciertas pautas para comprender mejor este proceso.

El destacado jurista, politólogo y escritor que está de visita en el país, opina que América Latina está un poco convulsionada en búsqueda de un nuevo rumbo político, ante el fracaso de dos grandes escuelas económicas.

Según la visión de este intelectual dedicado a dictar charlas en diferentes países, luego de hacer grandes aportes en la cátedra universitaria, las corrientes fallidas han estado representadas por la estatista de corte marxista y la neoliberal que ha producido muchas distorsiones.

En realidad no es tema nuevo que haya descubierto Borja, pero la forma en que lo plantea, con agudas observaciones que invitan al pensamiento y la reflexión, pueden contribuir a un mejor accionar de los partidos y a prevenir estallidos sociales.

En definitiva, es una voz de alerta para insistir en la necesidad de que los partidos se renueven en sus métodos de hacer política y de ejercer el poder.

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