Si el PLD no atina a encontrar mejores argumentos, (al menos a explicarlos mejor) sobre el asunto de la Sun Land, tiene problemas.
Los tenemos todos. Hasta ahora, su explicación más resuelta es la que argumenta que el PRD hacía lo mismo, que es una práctica legal y habitual, este manejo de los préstamos que el Estado avala a empresas privadas saltándose el control del Congreso y por cifras enormes y a cuenta del presupuesto de la nación.
Es decir, que su defensa, por el momento, es sostener que actúa igual que el gobierno catalogado por ellos mismos como el más corrupto de la Historia. Genial. Es un consuelo, oiga. O son los dos igual de buenos o son los dos igual de malos. Colocarse al mismo nivel no parece la estrategia electoral más brillante.
Al PRD no se le termina de ver la gracia. Aparte de criticar cualquier pensamiento que se le cruce por la mente al Gobierno, no revela claramente ni su oferta ni su fuerza ni tan siquiera dan la impresión de tener claro el mensaje con el que aspiran a cautivar al electorado.
Al PRSC, a este paso, le van a quedar los comandos de campaña de Gómez Casanova, el de Quique Antún y un helicóptero. El desgaste de su candidatura arrastra además una situación en la que la JCE debería tomar cartas. ¿Puede un político dejar un partido y seguir utilizando el nombre y los símbolos? Con las acciones que en su día se tomaron con el caso de Morales Troncoso se debió haber resuelto el problema.
Pero la solución encontrada, que se retiraran las demandas, fue la peor. Ahora pululan por todos los márgenes posibles "líderes" políicos de diferentes partidos, no sólo reformistas haciendo uso de sus antiguas siglas y fotografiándose con el Presidente de la República (curiosamente casi todos son reeleccionistas).
Y así de entretenidos estamos, viendo a los líderes cruzar de un lado a otro, enredándose con las banderas y los símbolos. Y de paso, confundiendo al personal.
IAizpun@diariolibre.com
jueves, octubre 04, 2007
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